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El deliberado bloqueo implementado por Israel al acceso de agua, alimentos y combustible a Gaza ha llevado a la organización Human Rights Watch a acusar al Gobierno ocupante de utilizar el hambre como arma de guerra. El director de Human Rights Watch para Israel y Palestina, Omar Shakir, dice que el 97% del agua subterránea en Gaza no es apta para el consumo humano por la destrucción de tuberías y fuentes de tratamiento, lo que se suma al restringido acceso de la ayuda humanitaria y al colapso del sistema médico por los bombardeos incesantes. Esto está llevando a que una gran parte de la población esté deshidratada y a la propagación de enfermedades contagiosas. Shakir pide a la comunidad internacional que repudie el accionar de Israel y aumente la presión sobre Estados Unidos para revertir su apoyo irrestricto al ataque israelí. “Estados Unidos e Israel están aislados con respecto a la comunidad internacional”, dice Shakir. “El uso de dobles raseros en el conflicto israelí-palestino perjudica a las poblaciones civiles de todo el mundo”.
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