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A principios de febrero, un tren de carga operado por la empresa Norfolk Southern descarriló en la localidad de East Palestine, Ohio. Posteriormente, se realizó una quema “controlada” del contenido de los vagones, que liberó químicos tóxicos en el medioambiente. En este contexto, crecen los temores de un desastre ambiental y de salud más amplio en la zona, donde se vio cómo una bola de fuego y una nube de humo en forma de hongo llenaba el horizonte. Los datos publicados por la Agencia de Protección Ambiental muestran que el tren contenía más productos químicos tóxicos y cancerígenos de lo que se informó inicialmente, incluido el fosgeno, un gas venenoso que ha sido utilizado como arma química de guerra. El miércoles pasado, las autoridades levantaron la orden de evacuación para la población por considerar que el aire y el agua de East Palestine eran seguros. Sin embargo, hay gente que ha reportado dolor de garganta, ardor en los ojos y problemas respiratorios, así como también se ha registrado la muerte de vida silvestre. En estos momentos, la atención se centra en la empresa Norfolk Southern, que en los últimos años ha trabajado para evitar la aplicación de leyes que regulan la seguridad en el sector ferroviario. Además, realizó recortes masivos de personal mientras gastaba miles de millones de dólares en recompras de acciones y compensaciones para sus ejecutivos. Hablamos del tema con Emily Wright, organizadora comunitaria que vive cerca del sitio del descarrilamiento, Ross Grooters, ingeniero ferroviario y copresidente del sindicato Railroad Workers United, y Julia Rock, periodista de investigación del medio The Lever.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Juan González. pasamos a hablar ahora de Ohio, donde los residentes de la localidad de East Palestine están viviendo la versión real de una película de Netflix nominada al Oscar que algunos de ellos ayudaron a producir cuando actuaron como extras en ella. Esto es parte del trailer de “Ruido de fondo”, que narra cómo una comunidad suburbana enfrenta lo que se conoce como un “evento tóxico aerotransportado” después de que un choque de trenes causa una fuga química.
Voz en la TV: Algo que podría en realidad matar a alguien.
JACK: [Interpretado por Adam Driver] Veamos una comedia o algo.
NIÑOS: ¡No!
HEINRICH: [interpretado por Sam Nivola] Lo están llamando un evento tóxico en el aire.
JACK: No llegará hasta acá.
STEFFIE: [Interpretado por May Nivola] ¿Tendremos que dejar nuestra casa?
JACK: Claro que no.
STEFFIE: ¿Cómo lo sabes?
JACK: Solo lo sé.
BABETTE: [interpretada por Greta Gerwig] ¿Y si es peligroso?
POLICÍA: Evacúen su residencia.
JACK: Tenemos una situación.
AMY GOODMAN: Esos eran los actores de “Ruido de fondo” Greta Gerwig y Adam Driver. Pero en la vida real la localidad de Palestina, Ohio, teme que un desastre ambiental y sanitario más amplio esté desarrollándose después de que un tren de carga de 150 vagones operado por Norfolk Southern descarrilara y liberara productos químicos tóxicos la semana pasada, sí, en la comunidad de East Palestine, cerca de la frontera de Ohio con Pensilvania.
Datos publicados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) muestran que el tren contenía más productos químicos tóxicos y cancerígenos de lo que se informó inicialmente. La EPA también dijo: “Los materiales liberados durante el [descarrilamiento] fueron observados y detectados en muestras en las localidades de Sulphur Run, Leslie Run, Bull Creek, North Fork Little Beaver Creek, [Little Beaver Creek,] y en el río Ohio”. El Departamento de Recursos Naturales de Ohio estima que el derrame ha matado a más de 3.500 peces en las vías fluviales cercanas. Se han encontrado gallinas muertas en granjas. Los residentes han reportado estar sufriendo dolor de garganta, ardor en los ojos y problemas respiratorios. Una quema controlada de los productos químicos después del descarrilamiento provocó una nube de humo y fuego en forma de hongo que contenía sustancias químicas tóxicas. Las imágenes de las cámaras de vigilancia muestran el tren en llamas unos 30 km antes del lugar del descarrilamiento, a su paso por Salem, Ohio. El miércoles las autoridades suspendieron una orden de evacuación, y alegaron que el aire y el agua son seguros.
Para más información, nos acompañan tres invitados. Ross Grooters, ingeniero ferroviario y copresidente del sindicato Railroad Workers United. Julia Rock, periodista de investigación de The Lever que ha estado siguiendo el descarrilamiento en Ohio y ha publicado dos artículos titulados “Habrá más descarrilamientos” y “Las compañías ferroviarias bloquearon la normas de seguridad antes del descarrilamiento de Ohio”. Pero empezamos con Emily Wright, residente del condado de Columbiana, en Ohio, a pocos kilómetros del lugar del descarrilamiento y de la explosión en East Palestine. Wright es directora de desarrollo de River Valley Organizing, una organización que está trabajando con los residentes para pedir que los trabajos de reconstrucción se centren en la justicia.
Emily, ¿puede describir la escena de lo que está calificado como una pesadilla ambiental generada químicamente. ¿Qué es lo que puede ver y oler? Describa lo que sucedió cuando el tren descarriló y cómo supo de qué modo tenía que protegerse.
EMILY WRIGHT: Buenos días. Gracias por invitarme. Una de las cosas que realmente quiero que la gente sepa es que este incidente tiene tres partes. El viernes por la noche tuvo lugar el descarrilamiento sobre las 9 p.m., entre las 9:00 y las 10:00. Y los residentes que estaban justo en el lugar fueron evacuados.
Al día siguiente, el sábado, evacuaron a más gente porque el tren seguía ardiendo. Y en ese momento no sabíamos qué había en los vagones. Oímos que tal vez era cloruro de vinilo, tal vez en diez vagones, tal vez en cinco. Realmente no teníamos muy claro qué había en el tren. Así que nos dijeron que si estábamos a más de un 1,6 km de distancia, no había ningún problema. Yo vivo a unos pocos kilómetros, creo que a unos 8 km del lugar del descarrilamiento. Así que no debería tener problemas. Y seguían diciendo lo mismo constantemente en los medios y en las ruedas de prensa: “No hay tóxicos en el aire. No hay tóxicos. No se preocupen”.
El domingo por la noche, recibimos una alerta en nuestro teléfono avisando de que se había producido otra explosión y que el fuego estaba fuera de control de nuevo, aunque en realidad nunca estuvo bajo control. Tenemos fotos y vídeos, todos con fecha y hora, que muestran que estaba ardiendo. La alerta solo decía que tuviéramos cuidado. No había ninguna orden de evacuación para nosotros ni para la gente que estaba ligeramente fuera del radio.
Estaban preocupados el lunes por la mañana por una posible explosión. La gente debe saber que la explosión podría haber sido mucho peor. Así que anunciaron a todo el mundo que iban a hacer una liberación “controlada”. Y digo “controlada” entre comillas. Entonces, se suponía que iban a hacerlo a las 3:30. Mi hija iba a estar en el autobús en ese momento. Yo estaba experimentando ya síntomas. Tengo asma, así que estaba teniendo dificultad para respirar y estaba preocupada por esa quema. Ya tenía irritación. Pero cuando hicieron la liberación… se suponía que iban a hacerlo a las 3:30. Lo anunciaron en una concurrida rueda de prensa. Mike DeWine estaba allí. Y de repente, detuvieron la conferencia de prensa. Evacuaron a DeWine. Trabajamos con muchos… Somos una organización sin fines de lucro, no tenemos afiliación partidistas, así que trabajamos con políticos demócratas y republicanos, y teníamos confirmación de que lo habían sacado de allí. A los medios de comunicación les dieron cinco minutos para irse. Estaban bastante seguros de que una explosión era inminente. Así que no hicieron la quema a las 3:30. No puedo decirle por qué. La hicieron dos horas más tarde.
El problema es que el pronóstico anunciaba ráfagas de viento fuertes, de hasta 70 kilómetros por hora. Hay mucho viento en nuestra zona. Las colinas por lo general dispersan, pero estaba anunciado que iba a haber mucho viento. Entonces, lo que querían era hacer la liberación antes, para que la nube se fuera. Lo siento, un segundo… Para que la nube se fuera hacia arriba, y no se extendiera. Pero hicieron la liberación tarde, y ocurrió lo contrario, los vientos extendieron la nube. Se extendió por cuatro condados, de cuatro a cinco condados, en dos estados… en realidad, tres, porque parte de Virginia Occidental también se vio afectado. Así que Ohio, Pensilvania y Virginia Occidental fueron afectados por esta enorme nube en forma de hongo. Seguro que todos han visto las fotos.
En mi casa, a solo unos pocos kilómetros de distancia, comenzamos a sentir náuseas y, perdón por ser tan explícita, diarrea. Mi padre tiene asbestosis bilateral de trabajar en la fábrica. Por lo tanto, estas industrias nos están matando de varias maneras. Mi padre no podía respirar bien. Y yo quería evacuar. Hay una familia que nos estaba ofreciendo acogida. Pero entonces dieron esta orden de confinamiento: “No salgan a menos que sea necesario. Refúgiense en un lugar seguro”. Y al mismo tiempo estábamos escuchando en la rueda de prensa y en las noticias: “Estamos extremando las precauciones. No hay tóxicos en el aire. No hay tóxicos. No hay tóxicos. No hay tóxicos”. Estaban repitiendo eso constantemente.
Pero lo único que realmente quiero destacar, y lo siento si me extiendo demasiado, es lo que descubrimos a través de la organización. Hemos estado en el terreno hablando con la gente. En realidad estamos… Nuestras oficinas están en East Liverpool, Ohio, que está solo un poco al sur de East Palestine. Pero tenemos muchos miembros de nuestra organización que viven, como yo, en y alrededor de East Palestine. Entonces, hemos invertido en la comunidad y estamos trayendo a un par de organizadores, que están justo frente al lugar del descarrilamiento, para trabajar con la gente, porque, desde el primer día, nos han estado mintiendo. Y ahora nos enteramos con este informe de la EPA que más de 10.000 galones de petróleo se filtraron al terreno, que la cantidad de cloruro de vinilo era el doble de lo que pensábamos, y que había dietilenglicol y otros productos químicos. Según lo que dice la EPA, Norfolk Southern no reportó esto a la agencia en el momento oportuno. Así que sabemos que esto está en el informe.
JUAN GONZÁLEZ: Emily, me gustaría traer a Ross Grooters a esta conversación, ingeniero ferroviario y copresidente del sindicato Railroad Workers United. Ross, ¿cuál es su reacción a este descarrilamiento y el fuego que generó? Hable también sobre el informe que dice que de hecho el incendio había comenzado antes del descarrilamiento. ¿Cuál es el procedimiento normal que se supone se debe seguir en situaciones como esta? ¿Y cuál es su evaluación de esta crisis en este momento?
ROSS GROOTERS: Gracias, Juan. Nada de esto me sorprende en realidad. Hay profundos problemas sistémicos. Usted preguntaba sobre la respuesta normal a un evento como este. Este no es un evento normal. Realmente no hemos visto algo parecido en Estados Unidos, y probablemente en ningún otro lado desde 2013, cuando, ustedes recordarán, se produjo el descarrilamiento y explosión de un tren en Quebec, en la localidad de Lac-Mégantic. Hay problemas sistémicos profundos con los ferrocarriles de carga en la actualidad, y dichos problemas se deben abordar para que podamos tener una especie de respuesta normal a eventos como este. Y, hasta que no lleguemos a la raíz de los problemas de seguridad en el sistema de transporte ferroviario de mercancías en este país, la cuestión no será si estos eventos van a perjudicar a la población, y realmente lo que los habitantes de East Palestine están enfrentando es desgarrador, y va a volver a ocurrir, la cuestión será cuándo y dónde.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Y cuáles son algunas de las cosas que deben abordarse?
ROSS GROOTERS: Bueno, en la raíz del problema están los recortes de personal. Hay empresas que están ganando cantidades obscenas de dinero, y lo están haciendo mediante el uso de modelos operativos —hay todo un sistema para esto llamado “ferrocarril programado de precisión”— que están diseñados para maximizar las ganancias. Y lo que eso significa es que estás reduciendo al mínimo la cantidad de personas que hacen el trabajo. Así que tienes menos gente haciendo mucho más trabajo más rápido. Tienes recortes generalizados en el mantenimiento de los vagones, en el mantenimiento de las locomotoras, en el mantenimiento de los rieles. Esta es infraestructura crucial. Y ese trabajo lo está haciendo, en muchos casos, un personal reducido o se le otorga a subcontratistas. Por otro lado, hay trenes cada vez más largos y pesados, como el que vimos en este caso, los cuales tienen una mayor propensión a descarrilar. Van a descarrilar con más frecuencia porque son más largos y pesados.
Y además, por último, está la propia industria ferroviaria que se opone a cualquier tipo de regulación, ya sean sistemas de control de trenes que ayuden a gestionar el sistema de señales, o el cabildeo que vimos para acabar con el sistema de frenado electrónico, diseñado para operar los trenes de forma más seguras y frenar más rápido en caso de que ocurra un descarrilamiento como este.
AMY GOODMAN: Vamos a hablar con Julia Rock en un minuto, la reportera que está cubriendo esto para el medio The Lever, pero quería darle a Emily 30 segundos. Veo que está allí tosiendo a veces, lidiando con todo esto. Y por cierto, solo puedo decir que esto me recuerda a lo informes de Juan después de los ataques del 11-S. Juan hablaba sobre la administradora de la EPA en ese entonces, Christine Todd Whitman, también exgobernadora de Nueva Jersey, quien dijo que el aire era seguro después de los ataques. Al exponer esa mentira, los informes de Juan hicieron que el New York Daily News ganara un premio Pulitzer. Emily, en sus últimos 30 segundos en Democracy Now!, ¿qué cree que es lo más importante que la gente debe entender?
EMILY WRIGHT: Sí. Lo más importante es que esto no es una teoría de la conspiración. Este es un procedimiento operativo estándar de Norfolk Southern. Ha pagado 70 millones de dólares por violaciones de seguridad desde el año 2000 y 21 millones tan solo por violaciones ambientales. Unos 25 millones de estadounidenses viven en zonas donde podría explotar un tren petrolero. Veinticinco millones de estadounidenses. Esto es en las partes más pobres de Estados Unidos, desde Conway, Illinois, hasta Pensilvania, pasando a través de los Apalaches. Y estas empresas continúan teniendo problemas de seguridad y minimizando dichos problemas sin preocuparse por nosotros, porque somos la población que históricamente no puede defenderse.
Así que lo que vamos a hacer con River Valley Organizing es ofrecer análisis gratuitos de suelo y agua a las personas para así poder determinar qué es lo que está pasando. Contamos con el apoyo de la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Kentucky para hacer estudios a largo plazo, porque después de las consecuencias inmediatas, estos residentes van a necesitar personas que aboguen por ellos. Y, como dije, yo…
AMY GOODMAN: Diez segundos.
EMILY WRIGHT: …tengo varios familiares que han desarrollado cáncer o asma o EPOC por culpa de estas industrias. Y necesitamos que dejen de matarnos. Se lo dijimos hace 10 años. Le dijimos a la EPA que con los “trenes-bomba” iba a pasar esto. Varias organizaciones colaboraron para apelar a la EPA. Y sucedió esto. Así que espero…
AMY GOODMAN: Emily, claramente tendremos que invitarla de regreso en los próximos días…
EMILY WRIGHT: Eso es todo.
AMY GOODMAN: …porque hay mucho de que hablar.
EMILY WRIGHT: Claro. Muchas gracias.
AMY GOODMAN: Emily Wright, de la organización River Valley Organizing, justo al lado de East Palestine, en Ohio. Ross, en 30 segundos, ¿puede responder al esfuerzo conjunto de los republicanos y los demócratas, el proyecto de ley que firmó el presidente Biden para prohibir una huelga ferroviaria e imponer un acuerdo rechazado por más de la mitad de los trabajadores ferroviarios sindicalizados? Y luego iremos con Julia Rock.
ROSS GROOTERS: Sí. Gracias, Amy. Los trabajadores ferroviarios han estado luchando a lo largo del proceso de negociación del contrato para aliviar las condiciones, que son muy estresantes y muy exigentes y se han visto exacerbadas por el modelo operativo de ferrocarriles programados de precisión y por la codicia corporativa. Hemos estado intentando obtener alivio de eso, lo cual sin duda nos ayudaría a tener una mejor respuesta y hacer mejor nuestros trabajos para garantizar que esto no suceda. Pero esto no se va a resolver con solo un acuerdo laboral. Es algo sistémico y necesita cierta regulación. Necesita que los reguladores tomen medidas y corrijan esto o vamos a continuar viendo situaciones como la que se dio en Ohio hace un par de semanas.
JUAN GONZÁLEZ: Me gustaría traer a Julia Rock a esta conversación, periodista de investigación de The Lever que ha estado siguiendo el descarrilamiento en Ohio. Julia, hable sobre el tema de las empresas ferroviarias que convencieron a funcionarios del Gobierno para derogar las normativas sobre el sistema de frenado.
JULIA ROCK: Sí. Esta es una historia sobre cómo el Gobierno de Obama intentó exigir que en los trenes de transporte de materiales peligrosos, así como de petróleo crudo, se instalaran mejores sistemas de frenado, frenos controlados electrónicamente en lugar de los sistemas de frenos de aire que actualmente se utilizan en los trenes, los cuales fueron diseñados durante la época de la Guerra Civil y detienen los trenes vagón a vagón. En primer lugar, la industria ferroviaria luchó contra las normas de Obama, ejerciendo una gran presión. Argumentaron que sería terrible para los negocios y tendría un impacto negativo en la fluidez del sistema ferroviario del país. Y luego, cuando Trump llegó a la presidencia, empezaron a presionarlo para que derogara las normativas de los sistemas de frenado que el Gobierno de Obama había promulgado, lo cual Trump hizo.
AMY GOODMAN: ¿Estamos hablando de normas que se remontan a la Guerra Civil? ¿No se han actualizado?
JULIA ROCK: Los frenos que actualmente se usan en los trenes de carga de EE.UU. son frenos de aire, que funcionan deteniendo los vagones del tren de uno en uno, usando aire a presión que se desplaza por un conducto a lo largo del tren. Ese es un sistema de frenos que fue diseñado en 1868.
AMY GOODMAN: Increíble. Tiene 10 segundos para un comentario final sobre lo que la gente debería entender acerca de East Palestine en este momento.
JULIA ROCK: Sí. Este es el resultado de los esfuerzos de la industria ferroviaria para asegurarse de no tener que modernizar los trenes de transporte de materiales peligrosos y petróleo crudo con sistemas de seguridad.
AMY GOODMAN: Muchas gracias por acompañarnos, Julia Rock de The Lever; Ross Grooters, ingeniero ferroviario y copresidente del sindicato Railroad Workers United; y Emily Wright de River Valley Organizing. Hasta aquí nuestro programa. Democracy Now! está producido por Renée Feltz, Mike Burke, Deena Guzder, Messiah Rhodes, Nermeen Shaikh, María Taracena, Tami Woronoff, Charina Nadura, Sam Alcoff, Tey-Marie Astudillo, John Hamilton, Robby Karran, Hany Massoud y Sonyi López. Nuestra directora ejecutiva es Julie Crosby. Feliz cumpleaños, Brendan Allen. Soy Amy Goodman, con Juan González.