El presidente Biden realizó un viaje sorpresa a Ucrania pocos días antes del primer aniversario de la invasión rusa. Allí, anunció el envío de otros 500 millones de dólares a Ucrania en calidad de ayuda militar y más sanciones contra Rusia. La visita pone de relieve el “apoyo inquebrantable” de Biden a la independencia de Ucrania, en un momento en que cada vez más gente, tanto en Estados Unidos como en otros países, está demandando negociaciones que pongan fin a los combates. “Que un presidente estadounidense haga un viaje como este tiene un peso simbólico enorme”, señala Matt Duss, profesor invitado en el centro de estudios Carnegie Endowment for International Peace, que en el pasado se desempeñó como asesor de política exterior de Bernie Sanders. Por su parte, Medea Benjamin, una de las cofundadoras de la organización CodePink, sostiene: “Siento que esta es una acción de propaganda para reforzar el apoyo a una guerra absurda que la sociedad estadounidense se está dando cuenta que no lleva a ningún lado, excepto a una absurda pérdida de vidas”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Matt Duss y Medea Benjamin.