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Amy Goodman y Denis Moynihan
Richard Glossip ha estado 25 años en la lista de los condenados a muerte del estado de Oklahoma, acusado de ser el autor intelectual de un asesinato ocurrido en 1997. En aquel entonces, Glossip trabajaba como gerente del hotel de Barry Van Treese, quien fue brutalmente golpeado hasta la muerte. Aunque Glossip siempre ha mantenido su inocencia, ha tenido que enfrentar nueve programaciones de su pena de muerte. Hace solo unas semanas, la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma votó a favor de proseguir con la ejecución de Glossip, programada para el 18 de mayo. Luego, la semana pasada, la Corte Suprema de Estados Unidos concedió una suspensión temporal de la ejecución de Glossip mientras se revisa su caso. A pesar del creciente consenso acerca de que Glossip es en realidad inocente, el sistema de “justicia” de pena de muerte de Oklahoma sigue firme en su decisión de ejecutarlo.
Pero no todas las autoridades están de acuerdo con eso: el fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond, y el legislador estatal Kevin McDugle, ambos republicanos, sostienen que Glossip no tuvo un juicio justo. McDugle vio la serie documental “Richard Glossip: pena de muerte”, dirigida por el cineasta Joe Berlinger. Esta serie se basa, en parte, en las investigaciones periodísticas realizadas por los reporteros Liliana Segura y Jordan Smith, del medio digital The Intercept. El legislador llegó a la conclusión de que el estado de Oklahoma no cuenta con pruebas sólidas que demuestren la culpabilidad de Glossip.
Durante una entrevista que mantuvo en abril con la emisora de radio Public Radio Tulsa, McDugle habló sobre la confianza que la fiscalía depositó en un solo testigo, Justin Sneed, quien confesó haber sido el autor material del asesinato: “La única evidencia que poseen es el testimonio de un testigo que afirma que Glossip fue quien le ordenó cometer el asesinato. ¿Adivinen quién es ese testigo? El verdadero asesino que golpeó a Van Treese hasta la muerte con un bate de béisbol. Él es el testigo, ¿y qué obtuvo a cambio de ese testimonio? Fue exonerado de la pena de muerte y recibió una sentencia de cadena perpetua. Aparte de ese testimonio, no tienen ninguna otra evidencia [que vincule a Glossip con el crimen]”.
La monja católica Helen Prejean es una destacada activista contra la pena capital que se ha desempeñado como consejera espiritual de presos condenados a muerte durante varias décadas. Como parte de su activismo, Prejean escribió el libro titulado “Pena de muerte” (Dead man walking, en inglés), en el que se basa la exitosa película del mismo nombre estrenada en 1995. La actuación de Susan Sarandon en el papel de Prejean le valió un Oscar por su destacada interpretación. Prejean habló por primera vez con Richard Glossip en 2015.
Esta semana, en conversación con Democracy Now!, Prejean recordó la primera vez que se comunicó con Glossip después de darse cuenta de lo débil que era el caso presentado por la fiscalía. “Fue a través de una llamada telefónica. Es una persona amable. Me dijo: 'Hermana Helen, discúlpeme que no le haya pedido permiso ni nada, pero creo que [las autoridades de] Oklahoma realmente tienen la decisión de ejecutarme. ¿Estará conmigo [en ese momento]?'. Yo le contesté: 'Claro, estaré contigo, Richard'”.
La hermana Prejean describió el impacto inmediato que tuvo esa llamada:
“Aquella noche, me acosté a dormir […] y a las dos de la madrugada me desperté de manera abrupta. En ese momento tomé plena conciencia de que no podía simplemente acompañar a ese hombre durante el momento de su ejecución. Me dije a mí misma: 'Sé lo defectuoso que es este sistema; es probable que realmente sea inocente'. Acto seguido hice dos llamadas telefónicas: una a mi amiga Susan Sarandon, quien está absolutamente comprometida con la justicia; y la otra llamada que realicé fue al Vaticano, al papa Francisco, a quien le pregunté: ‘¿Podría el Vaticano hacer algo para expresarse en favor de Richard Glossip?’”.
El legislador estatal McDugle y otros 33 legisladores de Oklahoma, incluidos 27 republicanos, instaron al gobernador del estado y a la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma a investigar a fondo el caso de Glossip. Ante la falta de respuesta, los legisladores decidieron acudir al estudio jurídico Reed Smith para llevar a cabo una investigación independiente y por la que el estudio no cobraría dinero. Entre junio y septiembre de 2022, el equipo de abogados de Reed Smith publicó cuatro informes, que sumaban más de 400 páginas en total. Los informes exponen las deficiencias de la acusación y, lo más significativo, los intentos de Justin Sneed de retractarse de su testimonio incriminatorio contra Glossip, así como los esfuerzos de la fiscalía para impedir dicha retractación.
Actualmente, el caso de Glossip está siendo evaluado por la Corte Suprema de Estados Unidos, la cual está mayormente compuesta por jueces conservadores y a favor de la pena de muerte. El fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond, presentó una declaración por escrito ante el tribunal que incluye una admisión inusual: “el estado de Oklahoma ha tomado la difícil decisión de reconocer el error y respaldar la anulación de la condena de Richard Glossip”. A pesar de la postura del fiscal general, las principales instituciones del estado —diversos tribunales, la junta de indultos y el departamento penitenciario— continúan avanzando con el proceso de ejecución de Glossip, que ya tiene fecha programada.
Si la Corte Suprema de Estados Unidos no interviene, la “maquinaria de muerte” de Oklahoma seguirá adelante, a pesar de las enfáticas objeciones del fiscal general del estado. Richard Glossip recibirá —por cuarta vez— su última cena, y luego será ejecutado mediante una inyección letal.
El gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, tiene la facultad de conceder clemencia a los 42 presos condenados a muerte en el estado. Oklahoma tiene programadas una o dos ejecuciones por mes durante los próximos 18 meses. Stitt aún tiene la opción de otorgar clemencia a Glossip o conmutar su condena por cadena perpetua con o sin posibilidad de libertad condicional, y eliminar así la amenaza de la ejecución.
La hermana Helen Prejean desea la abolición total de la pena de muerte en todo Estados Unidos. “Los demás condenados a muerte que esperan su ejecución no cuentan con el apoyo de un equipo similar al que está trabajando [en el caso de Glossip]. ¿Qué va a pasar con ellos?”.
En Estados Unidos hay actualmente más de 2.400 presos condenados a muerte. Es hora ya de poner fin al injusto y fallido sistema de la pena capital.
© 2023 Amy Goodman
Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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