Desde Bielorrusia informan que Rusia ha comenzado a transferir armas nucleares tácticas hacia el territorio de este país antiguo miembro de la Unión Soviética, que comparte una frontera de casi 1.000 kilómetros con Ucrania, lo que aumenta el riesgo de una confrontación nuclear en Europa. Mientras tanto, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha instado a los países aliados de EE.UU. a “redoblar los esfuerzos” para proporcionar más armas y municiones para ayudar a Ucrania en su contraofensiva contra Rusia. El conflicto en Ucrania ha intensificado la “nueva Guerra Fría” entre Estados Unidos y sus aliados, por un lado, y Rusia y China, por el otro, dice Gilbert Achcar, profesor de relaciones internacionales en la Universidad SOAS de Londres. Achcar vincula el inicio de este nuevo enfrentamiento geopolítico a la guerra de Kosovo en 1999, a la que la OTAN entró sin la aprobación de la ONU y sin atender a las objeciones de Rusia y China. Al respecto señala que, en la década de 1990, Estados Unidos tuvo una “ventana de oportunidad” para reconfigurar las relaciones internacionales en base a una mayor cooperación y multilateralismo. “En lugar de optar por vías pacíficas, que llevaran a una paz duradera en las relaciones internacionales y fortalecieran el papel de la ONU, [Estados Unidos] tomó decisiones en una dirección opuesta”, tales como la expansión de la OTAN, sostiene Achcar, cuyo nuevo libro se titula “The New Cold War: The United States, Russia and China from Kosovo to Ukraine” (La nueva guerra fría: Estados Unidos, Rusia y China, de Kosovo a Ucrania).
Para ver la entrevista completa en inglés, haga clic aquí.
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