La atleta olímpica Tori Bowie murió el 2 de mayo durante el trabajo de parto con ocho meses de gestación, según los resultados de una autopsia. Bowie estaba sola en su casa en ese momento y puede haber sufrido dificultad respiratoria y eclampsia, una complicación poco común pero potencialmente mortal en el embarazo. Su bebé también murió. La atleta, tres veces medallista olímpica, tenía solo 32 años y su muerte ha provocado un enorme dolor e ira entre sus amistades y simpatizantes, quienes señalan que este hecho es expresión de una amplia crisis de salud materna de la población negra. En Estados Unidos, las mujeres negras tienen tres veces más probabilidades que las mujeres blancas de morir por complicaciones en la gestación y el parto. “Lo que no se está haciendo es escuchar a las mujeres negras”, dice la doctora Carla Williams, doula y ginecobstetra, quien cuenta que optó por tener partos domiciliarios después de una mala experiencia hospitalaria con su primer embarazo. “Se necesita trabajar mucho más para atender las gestaciones, partos y nacimientos de manera apropiada”.
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