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La ciudad de White Plains, en el estado de Nueva York, ha resuelto una demanda de la familia de un hombre negro que recibió un disparo en su casa por parte de la policía en 2011 después de presionar accidentalmente su placa de alerta médica. Kenneth Chamberlain le dijo repetidamente a la policía que estaba bien y les pidió que se fueran, pero se negaron, lo agredieron verbalmente con insultos raciales e irrumpieron en su casa antes de matarlo. Después de una década de acciones legales, la familia ha llegado a un acuerdo por valor de 5 millones de dólares con las autoridades de la ciudad, pero la asociación de policía local criticó el acuerdo y dijo que no era una admisión de mala conducta. “No equivale a una rendición de cuentas”, dice Kenneth Chamberlain Jr., quien ahora trabaja en contra de la brutalidad policial y continúa pidiendo los registros confidenciales relacionados con la muerte de su padre. “Necesitamos un cambio estructural real”, dice Mayo Bartlett, un abogado de derechos humanos que representa a la familia Chamberlain, quien argumenta que la mala conducta policial debe abordarse a través de la legislación. “Tiene que ser algo que esté codificado en la ley”.
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