En Francia, decenas de miles de personas salieron el domingo a las calles de ciudades de todo el país para instar al presidente Emmanuel Macron a rechazar un proyecto de ley de inmigración, que ha sido calificado como el más duro de los últimos 40 años. La medida fortalece la capacidad de las autoridades para realizar deportaciones y dificulta el acceso de los no ciudadanos a programas de bienestar social y otros beneficios. El proyecto ha sido ampliamente condenado por ser considerado antiinmigrante, en un contexto en el que existen temores de que el Gobierno dé un giro hacia la extrema derecha. Estas fueron las palabras expresadas por un trabajador migrante de Mali que participó en una manifestación que se llevó a cabo en la ciudad de París.
Talibe Drame: “Yo, por ejemplo, trabajo. No tengo seguro social ni nada de nada, aunque pago impuestos. Esto es realmente difícil. Cuando trabajamos, podemos ser maltratados porque tenemos miedo a perder nuestros trabajos. Además, cuando trabajamos, las horas extra que hacemos pueden no ser remuneradas, y no podemos quejarnos. Si uno se queja, lo despiden”.