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La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha ordenado mantener temporalmente en tierra a decenas de aviones Boeing 737 Max 9 después del siniestro del viernes 5 de enero, en el que un tapón de la puerta del fuselaje de un avión de Alaska Airlines se salió en pleno vuelo cerca de Portland, Oregon. El incidente obligó al avión a realizar un aterrizaje de emergencia. Según informes de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, Alaska Airlines tenía preocupaciones sobre el avión antes del incidente, pero lo siguió utilizando para vuelos comerciales. Hace años que los aviones MAX de Boeing se ven afectados por problemas de seguridad. Entre 2018 y 2019, 346 personas murieron en dos catastróficos incidentes provocados por fallas en los sistemas de control de vuelo que hicieron que los aviones cayeran en picada. “Esta es una situación en la que solo vemos la punta del iceberg”, dice el experto en aviación Ed Pierson, exgerente de Boeing. Pierson cuenta que dejó la empresa a raíz de sus “inaceptables” prácticas comerciales, que priorizan la productividad sobre la seguridad. También hablamos con Nadia Milleron, cuya hija Samya Rose Stumo fue una de las víctimas fatales de la colisión del vuelo 302 de Ethiopian Airlines, en 2019. “Estos aviones MAX tienen problemas gravísimos”, dice Milleron. “Muchos son problemas de fabricación y Boeing está tratando de evadir las normas de seguridad”.
Para ver la entrevista completa en inglés, haga clic aquí.