Durante el fin de semana, casi 200 personas fueron masacradas en Puerto Príncipe por orden del poderoso líder de un grupo armado que, según se informa, habría pedido la muerte de practicantes de vudú de edad avanzada a quienes culpaba de enfermar a su hijo. Esta masacre es el capítulo más reciente de la crisis política que se vive actualmente en Haití, donde los grupos armados controlan gran parte de la capital a pesar de la misión de seguridad internacional liderada por Kenia que llegó al país para garantizar la estabilidad y dar apoyo al Consejo Presidencial de Transición respaldado por Estados Unidos. A principios de esta semana, la organización Human Rights Watch instó a Naciones Unidas a mandar una “una verdadera misión, con todo lo que implica, a Haití”. Hablamos del tema con el abogado de derechos humanos Brian Concannon, director del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití, quien señala que la situación actual es “el resultado predecible del desmantelamiento de la democracia” por parte de los sucesivos Gobiernos estadounidenses, más allá de que Haití viene lidiando con la interferencia extranjera hace ya dos siglos. Concannon añade que, dada la actual problemática de seguridad, es “absolutamente indefendible” que el Gobierno de Biden siga deportando gente en este momento, política que el Gobierno de Trump probablemente intensificará.
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