Actos mortales de violencia continúan azotando Haití, al tiempo que grupos armados y policías se enfrentaron durante la noche del lunes en la ciudad de Puerto Príncipe. Al menos cinco personas murieron a causa de los disparos.
Taina Sorpresa: “Recibí una llamada esta mañana. Me dijeron que mi padre había muerto. Yo me quedé estupefacta. Y cuando llegué, lo vi tirado en el suelo”.
La creciente convulsión política que enfrenta Haití parece no vislumbrar un fin. El primer ministro Ariel Henry, quien recientemente anunció su dimisión y no puede regresar a Haití debido a que grupos armados no se lo permiten, planteó esta semana tener dudas sobre la constitucionalidad de un “consejo presidencial de transición”, el órgano interino que se está formando para gobernar el país hasta que se programen elecciones presidenciales.
Esto se produce al tiempo que militares canadienses han sido enviados a Jamaica para entrenar a los soldados de países caribeños que se unirán a la misión de seguridad en Haití que aprobó la ONU. La semana pasada, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió un embargo de armas a Haití, calificando la situación que azota el país de “cataclísmica”. La mayoría de las armas que llegan a Haití son contrabandeadas desde Florida y otras partes de Estados Unidos.