El jueves 23 de mayo, más de mil estudiantes de la Universidad de Harvard abandonaron su ceremonia de graduación en apoyo a 13 de sus compañeros y compañeras a quienes se les había negado la posibilidad de recibir su diploma en dicha ceremonia por haber participado en el campamento de solidaridad con Gaza establecido en la parte más antigua del campus universitario, conocida como Harvard Yard. Asmer Safi, uno de los trece activistas estudiantiles a favor de Palestina a quienes se les prohibió graduarse, sostiene que, a pesar de que su futuro se haya vuelto incierto y de las sanciones aplicadas en su contra, no se arrepiente de alzar la voz en defensa de los derechos del pueblo palestino. “Nuestra lucha se basa en una postura ética”, señala Safi. También conversamos con la profesora de Historia Alison Frank Johnson, parte de un grupo de más de 100 miembros del cuerpo docente que votaron a favor de permitir que estos trece estudiantes de último año obtengan sus títulos. Johnson dice que el castigo impuesto por la Universidad de Harvard es una “desviación atroz de los antecedentes históricos” de la institución, al igual que la posterior decisión de la junta directiva de anular la enmienda interpuesta por el cuerpo docente para otorgar estos títulos. “Esperábamos que, entonces, el órgano directivo aceptara, como siempre lo ha hecho en el pasado, nuestras recomendaciones sobre las graduaciones y permitiera que estas trece personas se graduaran, pero decidieron hacer lo contrario”.
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