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A nivel internacional crecen los llamamientos para que el Gobierno de Israel y la organización Hamás acepten la propuesta de alto el fuego presentada por Estados Unidos y el acuerdo de intercambio de rehenes que, a principios de esta semana, también recibió el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Si bien Hamás ha acogido la propuesta con beneplácito, las autoridades israelíes aún no se han comprometido públicamente a cumplir con los términos planteados, especialmente en lo que respecta a poner fin a la guerra completamente en lugar de solo hacer una pausa en los combates para efectuar el intercambio de cautivos. Recientemente se ha publicado un importante informe de la ONU en el que se acusa a Israel de cometer crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad a lo largo de los ocho meses que lleva su ataque sobre el territorio. Mientras tanto, la cifra de muertes en Gaza ya ha superado las 37.000, con más de 15.000 fallecimientos de menores de edad. “Esto es inhumano y catastrófico”, dice el alto diplomático palestino Majed Bamya, quien señala que hay “2,3 millones de personas en Palestina que están luchando día a día por sobrevivir” mientras la propuesta de alto el fuego languidece. Bamya también subraya que la paz en la región solo es posible “si se pone fin a la ocupación y se permite la convivencia de dos Estados, uno al lado del otro”.
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