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Hoy, miércoles 26 de junio, Julian Assange aterrizó en Australia y se reunió con su familia, ya como un hombre libre. Assage obtuvo la libertad después de firmar un acuerdo con el Departamento de Justicia conforme al cual se declaró culpable de solo uno de los cargos con los que se le acusaba de violar la Ley de Espionaje de Estados Unidos. El editor de WikiLeaks compareció ante la justicia en la isla de Saipán, una de las Islas Marianas del Norte, territorio estadounidense ubicado en el océano Pacífico. Este acuerdo le permitió a Assange evitar pasar más tiempo en prisión después de los cinco años que estuvo tras las rejas en el Reino Unido esperando que se resolviera el pedido de extradición a EE.UU. Allí, si era declarado culpable, Assange podía haber sido sentenciado a 175 años de prisión por la publicación, en 2010, de documentos clasificados que revelaban crímenes de guerra estadounidenses en Irak y Afganistán. El mismo miércoles, en una conferencia de prensa, la esposa del fundador de Wikileaks, Stella Assange, declaró: “Este juicio ha sido un ataque al periodismo, un ataque al derecho de la población a informarse y nunca debería haber sucedido. Julian no debería haber pasado ni un solo día en prisión. Pero hoy celebramos, porque hoy Julian es libre”. También emitimos las declaraciones de Jennifer Robinson y Barry Pollack, miembros del equipo jurídico de Assange, quienes señalaron que el uso de la Ley de Espionaje, que data de la Primera Guerra Mundial, para perseguir al editor de un medio de comunicación es un grave riesgo para la libertad de prensa.
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