En Kenia continúan las protestas antigubernamentales a pesar de que, el miércoles 26 de junio, el presidente William Ruto dio un dramático giro en su postura al anunciar que no firmaría la Ley de impuestos sino que la enviaría de vuelta al Parlamento. La aprobación del legislativo de esta ley desencadenó protestas que desembocaron en un levantamiento social a nivel nacional que fue reprimido duramente por la policía. Al menos 23 personas murieron y decenas resultaron heridas por los disparos policiales con balas de plomo y de goma, así como por los gases lacrimógenos utilizados contra manifestantes que irrumpieron en el edificio del Parlamento de Kenia el 25 de junio. Hablamos con una escritora y activista radicada en Nairobi que pidió permanecer en el anonimato por temor a su seguridad. Ella dice que, además de reprimir, la policía “secuestró” gente en las manifestaciones, impulsadas mayoritariamente por jóvenes. Además, destaca que ahora las protestas continúan y están demandando la disolución del Parlamento y la convocatoria a nuevas elecciones. También conversamos con Mamka Anyona, analista internacional keniana experta en finanzas y desarrollo, quien analiza la crisis financiera que llevó a la movilización social generalizada en el país. El controvertido proyecto de ley de impuestos contemplaba un aumento tributario para pagar, principalmente al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, 80 mil millones de dólares de deuda externa. Pero sus opositores destacan que los altos niveles de inflación y desempleo que hay en el país son producto de la mala gestión y la corrupción, y denuncian que tanto este proyecto de ley como la deuda contraída fueron decisiones antidemocráticas tomadas sin apoyo social. “Todo esto terminó creando este polvorín”, concluye Anyona.
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