El viernes 31 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio a conocer una propuesta de alto el fuego, que presentó como “israelí”, para poner fin a la guerra en Gaza a casi ocho meses de iniciada la invasión de Israel en respuesta al ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023. Biden habló de un plan compuesto de tres fases en las cuales se liberarían las personas retenidas como prisioneras por ambas partes, se permitiría el regreso de la población al norte de la Franja de Gaza y se comenzaría la reconstrucción del territorio devastado, una vez finalizada la retirada total de las tropas israelíes. Hamás, que anteriormente ya había aceptado un acuerdo con términos similares, ha dicho que evalúa positivamente la propuesta. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aún no ha aceptado públicamente la propuesta, en el contexto de la presión ejercida por los miembros de extrema derecha de la coalición gobernante para que continúe la guerra indefinidamente. Hablamos del tema con el ex negociador de paz israelí Daniel Levy, quien plantea que es posible que Biden haya incurrido en una “ambigüedad constructiva” acerca de la postura israelí con el fin de acercar a las dos partes a un acuerdo, pero que lo más importante es lograr poner fin a los “horrores” en Gaza con un alto el fuego permanente. “¿Cuáles son las máximas garantías que se pueden dar de que esto no será solo un paréntesis de 42 días seguido de más muertes, asesinatos y destrucción como la que estamos viendo ahora cotidianamente?”, pregunta Levy, quien se desempeña actualmente como presidente del Proyecto Estados Unidos/Medio Oriente.
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