La organización Human Rights Watch ha acusado a Israel de detener de manera arbitraria a trabajadores sanitarios palestinos y someterlos a torturas. Ocho médicos, enfermeros y paramédicos que estuvieron detenidos recientemente en cárceles israelíes han relatado cómo les vendaron los ojos, los golpearon, los mantuvieron en posturas dolorosas, y los dejaron esposados durante largos períodos de tiempo. Los trabajadores sanitarios también denunciaron haber sido víctimas de torturas a manos de militares israelíes, incluidas violaciones y agresiones sexuales.
En Gaza, Israel bombardeó este fin de semana otra escuela que albergaba a palestinos desplazados. Asimismo, un ataque israelí contra una vivienda en Jan Yunis mató a once miembros de una misma familia, incluidos dos menores. Mientras tanto, las fuerzas armadas israelíes se han retirado de Ciudad Hamad, una zona de Jan Yunis que quedó prácticamente en ruinas. Los equipos de rescate recuperaron 16 cuerpos de entre los escombros. Los residentes de la zona afirman que no tienen ningún lugar seguro adonde ir.
Randa Sammour: “¿Dónde hay una zona segura? No hay ningún lugar seguro. ¿Dónde hay un lugar seguro? Todos los días tenemos que escapar. Nos tenemos que desplazar todos los días bajo los cohetes, bajo los bombardeos. Estoy sola con mis pequeños hijos. Cada día nos tenemos que desplazar de un lugar a otro. No sé a dónde ir. Te hablan de 'zonas seguras', pero ¿dónde está la seguridad? Hagan que me sienta segura. Hagan que los niños se sientan seguros. Estamos cansados, gente. Ya basta. Tengan piedad de nosotros”.
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