Los grupos armados se fortalecen en Colombia en momentos que el país enfrenta “una de las mayores crisis humanitarias del mundo”

Reportaje15 de agosto de 2024

Hace ocho años, en 2016, se firmaron en Colombia acuerdos de paz entre las fuerzas gubernamentales y las organizaciones guerrilleras con el fin de terminar con medio siglo de conflicto armado en el país. Sin embargo, en la actualidad sigue habiendo alrededor de cinco millones de personas desplazadas internamente y cada vez más gente vive en zonas controladas por grupos armados. La violencia ha empujado a mucha gente a huir del país, en muchos casos a través del peligroso “tapón del Darién”, región fronteriza entre Colombia y Panamá. Analizamos la situación que se vive en Colombia y el estado actual del proceso de paz con Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, y con el Dr. Manuel Rozental, médico y activista colombiano integrante de la organización Pueblos en Camino.

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Transcripción
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AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, con Nermeen Shaikh.

NERMEEN SHAIKH: Continuamos nuestra conversación con Jan Egeland, el secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, quien nos acompaña desde Bogotá, Colombia, en donde ha estado investigando cómo los grupos armados están aumentando su control en varias zonas del país. Según el Consejo Noruego para los Refugiados, más de 8 millones de colombianos viven en zonas en donde operan grupos armados. Esto representa un aumento del 70% desde 2021. Alrededor de 5 millones de colombianos siguen desplazados internamente, ocho años después del acuerdo de paz firmado en 2016. La violencia en Colombia ha empujado a muchas personas a huir del país, en muchos casos a través del peligroso tapón del Darién, la región fronteriza entre Colombia y Panamá.

AMY GOODMAN: Además de Jan Egeland, también nos acompaña Manuel Rozental, médico y activista colombiano con más de 40 años de trayectoria en organizaciones políticas de base que trabajan con jóvenes, comunidades indígenas, y movimientos sociales urbanos y rurales. Él ha tenido que exiliarse en varias ocasiones por sus actividades políticas. Rozental es integrante de la organización Pueblos en Camino.

Jan Egeland, empecemos con usted. Explique por qué el Consejo Noruego para los Refugiados, y usted a la cabeza, están en Colombia en este momento.

JAN EGELAND: La razón es que esta es una de las mayores crisis humanitarias en el planeta, realmente, algo totalmente ignorado por el resto del mundo y que está sucediendo justo en el hemisferio occidental. Ayer regresé, entrada la noche, de un viaje a las profundidades de la selva tropical de Nariño, en el extremo suroeste de Colombia, y me reuní con tribus indígenas que están en peligro de ser exterminadas debido a los continuos conflictos armados entre ocho… Hay ocho conflictos armados en Colombia entre los muchos grupos armados y también con el Ejército. Y hay todo tipo de cárteles de la droga que son alimentados por el narcotráfico, al igual que todos estos grupos armados. Y la población civil se encuentra en medio del fuego cruzado. Así que me ha impactado ver cuántas personas hay ahora completamente desprotegidas en un conflicto armado cada vez más amplio. Muchas de estas personas, por cierto, también son refugiadas, venezolanos, migrantes que van hacia el norte en busca de protección y con la esperanza de llegar a Norteamérica.

NERMEEN SHAIKH: Jan Egeland, ¿podría hablar específicamente sobre el impacto de estos múltiples conflictos en la región amazónica? La deforestación en la Amazonía colombiana ha estado en aumento, con cifras que sugieren que la deforestación en la región es de un 40% más alta que el año pasado, como consecuencia de los conflictos en la zona. ¿Puede hablar sobre las comunidades a las que entrevistó allí, los pueblos indígenas, y por qué cree que el conflicto es especialmente devastador en dicha región?

JAN EGELAND: Eso se debe a que no hay presencia del Estado. Aquí lo llaman “ausencia de Estado”, o sea, que no hay un aparato estatal, no hay servicios estatales, ni fuerzas del orden públicas en gran parte de Colombia, que es un país hermoso con enormes selvas tropicales, montañas, naturaleza virgen.

Unos 80 pueblos indígenas están realmente en peligro de ser exterminados. Ciertamente su cultura se ha extinguido porque han sido desplazados de sus territorios por los grupos armados y por los narcotraficantes —a menudo ambos están entrelazados— para quedarse con sus tierras y producir coca. Hay un aumento en la producción de narcóticos. Y el narcotráfico es lo que impulsa la violencia. Y la población civil que no está protegida resulta desplazada.

Somos varios grupos humanitarios que estamos haciendo todo lo posible para ayudar. Viajé con mis colegas en un bote durante cuatro horas por los ríos para conocer algunos de estos pueblos indígenas y las comunidades afrocolombianas. Y están sufriendo en completa soledad. Nosotros podemos darles algún tipo de ayuda humanitaria, pero no podemos brindarles protección. Y luego vemos que estas personas que tienen todas las armas del mundo están quemando la selva, desplazando a la gente y operando con total impunidad.

AMY GOODMAN: Quiero incluir a Manuel Rozental en esta conversación, médico y activista colombiano, para hablar sobre la raíz de la violencia, Manuel, y también sobre lo que el Gobierno está haciendo. Hay negociaciones sobre un alto el fuego con facciones armadas, incluidas facciones de las FARC. ¿Y qué tan importante es que EE.UU. se involucre en algún aspecto de esto?

DR. MANUEL ROZENTAL: Gracias. Buenos días. Es un placer escuchar la voz de Jan Egeland. Lo recordamos mucho aquí desde su estadía anterior en Colombia.

Una de las cosas que me gustaría añadir a los comentarios del Sr. Egeland es que, sí, seguro, lo que dice es absolutamente cierto sobre la coca y las diferentes facciones armadas, pero hay que recordar que cuando se firmó el acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano, incluso antes de este acuerdo que se firmó en 2016, hubo enormes concesiones para la extracción de petróleo que se les otorgaron a corporaciones transnacionales en toda la región amazónica. Así que hay que añadir estos factores para comenzar a explicar lo que está pasando.

Les daré una idea de lo que el Sr. Egeland está describiendo. Colombia se está convirtiendo en una serie, o podría convertirse, si continúa en esta dirección… podría convertirse en una serie de territorios criminales autónomos, enormes territorios, no solo rurales, pero ciertamente en zonas rurales según los datos que ya se nos han proporcionado, pero también urbanos y rurales. Los grupos armados, no importa si se autodenominan de derecha o de izquierda, si trafican con drogas, etc., las grandes facciones armadas están vinculadas a mafias locales que a su vez están conectadas con funcionarios gubernamentales y con el Estado. Y estas conexiones, estas asociaciones, se están apoderando de territorios y controlando a sus poblaciones, de tal manera que, por ejemplo, si vemos que hay una disminución en el número de asesinatos, secuestros, etc., generalmente significa que estos grupos armados han tomado el control de los territorios y han establecido una forma violenta de Gobierno y Estado.

Entonces, hay una ausencia de un Estado que podríamos llamar un Estado ideal que proporciona salud, educación, protección, etc. Pero vemos un tipo diferente de Estado estableciéndose en Colombia. Y es así, y puede suceder de esa manera, en un contexto de desigualdades sociales extremas, de pobreza extrema, que empujan a la gente a dos tipos de economías, economías ilegales. Una es sobrevivir gracias a lo que está disponible, lo cual es la producción de coca y marihuana. Colombia produce el 92% de la cocaína mundial y casi la misma cantidad de marihuana. Y luego, el otro tipo de economía es la guerra misma. Si te reclutan, recibes algún tipo de ingreso, o lo produces. Así que este es nuestro Estado. No hay ausencia de un Estado; este es el Estado en Colombia. Y está vinculado, en muchos casos y en muchos territorios, a una forma de Gobierno y Estado que tradicionalmente se han visto envueltos en esta clase de actividades. Es una combinación de factores.

Sobre la participación de Estados Unidos en esto, voy a hacer un comentario simple y breve. Y es que la general Laura Richardson, la funcionaria del Pentágono al frente del Comando Sur de EE.UU., ha dejado muy claro que el interés en esta región, en toda la región, incluye la Amazonía y otros territorios por sus recursos naturales. Por lo tanto, es el viejo discurso imperialista en términos de una competencia contra los chinos y los rusos por el control de estos territorios, y el principal y único interés es extractivo. El resto es solo discurso. Esto es lo que estamos viviendo.

Amy, de hecho, estaba recordando, mientras escuchaba al Sr. Egeland, su libro sobre Nigeria de hace unos años. Estoy en el norte del Cauca. El Sr. Egeland sabe que lo que está pasando aquí es lo mismo que en Nariño. Y lo que vivimos es lo que usted describió en Nigeria cuando fue detenida por gente armada, y no la mataron de milagro, porque su vida estaba en sus manos. Así es como actúa el poder y el Gobierno y el Estado en Colombia. El resto es discurso e imagen. No es diferente de lo que está pasando con “Barbecue” en Haití, aunque en un grado diferente y con especificidades.

NERMEEN SHAIKH: Manuel, ¿podría hablar sobre el Gobierno del presidente Gustavo Petro y las políticas que el Gobierno ha tenido con respecto a estos múltiples conflictos armados y la crisis que se han estado desarrollando, su política de paz total, y qué resultó de eso?

DR. MANUEL ROZENTAL: Las intenciones de este Gobierno son excelentes, y es por eso que recibió este apoyo masivo. Y su propuesta inicial como candidato era la paz total, y eso es lo que está tratando de hacer. Paz total significa negociar con todos y cada uno de los actores armados. Algunos son actores políticos, o se retratan a sí mismos como políticos, y además están las insurgencias armadas, y los demás grupos criminales.

Entonces, Petro ofreció un acercamiento diferenciado para cada uno de ellos. Uno iba y se sometía a la justicia con condiciones favorables a cambio de la paz. Los demás negociaban una solución política. Después de que el acuerdo de paz fue firmado en Colombia, el Gobierno no lo cumplió, y eso condujo, no a una facción armada de las FARC, sino a muchas facciones armadas. Entonces, en este contexto, Petro ofrece este proceso y comienza a trabajar en esto.

El problema con la propuesta del presidente Petro es doble. Uno, es una repetición del error cometido, creo que intencionalmente, por el presidente Santos, ganador del Premio Nobel, lo cual fue una negociación que excluía a la población. Fue una negociación entre las facciones armadas, en nombre de la gente, para redistribuir el país y los recursos del país entre ellos. Y luego, por supuesto, eso no se mantuvo por los Gobiernos que llegaron después. Ahora Petro está haciendo lo mismo. Está negociando con las facciones armadas. Y las comunidades y poblaciones que sufren esto, como expuso el Sr. Egeland, están siendo esencialmente ignoradas. Eso es un error.

El segundo error, y es un gran error, es precisamente en el discurso con el que abordan la economía de las drogas y la economía extractivista, pero, en la práctica, no desarrollan alternativas reales, concretas, viables y factibles a esto. Y [Petro] está dentro de un Gobierno que en realidad está bajo el control de un Estado que se ha convertido en una estructura autoritaria de tipo mafioso. Así que no podía funcionar. Pero las intenciones son buenas. El discurso es bueno. Pero la gente en la calle está desesperada.

NERMEEN SHAIKH: Bueno, tenemos a Jan Egeland de vuelta en el estudio en Bogotá. Jan Egeland, ¿puede continuar con lo que decía antes y hablar sobre sus reuniones con funcionarios en Colombia?

JAN EGELAND: Es cierto que el Gobierno está tratando de hacer mucho para traer la paz y llevar el desarrollo a todos estos grupos vulnerables. Pero el asunto es que desde el acuerdo de 2016, que trajo tanta esperanza, y el Premio Nobel al presidente Santos, como dijo Manuel, las FARC se desmovilizaron, pero luego muchos otros grupos ocuparon su espacio, se apoderaron del territorio, se apoderaron del narcotráfico, y no había ningún Gobierno que ayudara a traer una alternativa, un desarrollo alternativo, unos servicios alternativos al pueblo. Entonces hubo un vacío, y eso fue ocupado por otros hombres armados, y algunos de ellos han regresado de las FARC. Me reuniré hoy… Y el Gobierno necesita hacer mucho más y trabajar de manera más efectiva con la comunidad internacional.

Me reuniré con diplomáticos aquí en Bogotá hoy, y les diré: “Escuchen, tenemos menos fondos hoy para proyectos de desarrollo, para ayuda humanitaria, para apoyar a las tribus indígenas que están al borde del exterminio. Hay menos apoyo para una alternativa a la guerra de lo que había antes”. Y eso está siendo ignorado, y la gente está perdiendo la esperanza en Venezuela, en gran parte de Colombia, en Ecuador, en Centroamérica y muchas otras partes del mundo occidental. Por supuesto, la gente seguirá caminando hacia el norte en busca de esperanza y una vida mejor. Si no le das esperanza a la gente donde están y no le das seguridad donde están por supuesto que lo que harán será ir hacia el norte, a Estados Unidos, a Canadá, a México. Yo lo haría si estuviera en la misma situación, si no hubiera esperanza para mí y para mi familia o una vida mejor y algo de protección contra la violencia.

AMY GOODMAN: Jan Egeland, antes de que se vaya, quería preguntarle sobre otro país, sobre Sudán, en momentos en que las conversaciones de paz lideradas por Estados Unidos han comenzado en Ginebra, Suiza. Hay informes contradictorios sobre el estado de las conversaciones de hoy. Según la BBC, ni el Ejército sudanés ni las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) participaron en este primer día de charlas. Pero hay informes de que las FAR enviaron un equipo de negociación a Ginebra, aunque no está claro si se presentaron en las conversaciones. La semana pasada usted escribió en las redes sociales: “Las muertes en masa provocadas por el hombre en Sudán deben y pueden terminar”. ¿Puede responder a lo que está pasando en Ginebra? ¿Tiene alguna esperanza?

JAN EGELAND: Teníamos grandes esperanzas puestas en las conversaciones de Ginebra, porque la situación en Sudán es muy desesperada. Es la primera hambruna provocada por el hombre bajo nuestro seguimiento en media generación. En el campo de Zamzam en el norte de Darfur hay medio millón de personas, y están muriendo en masa debido al hambre y a la violencia.

Las conversaciones no están realmente en marcha en absoluto, porque las dos partes no parecen estar preocupadas por la gente que dicen representar, lo que significa que tiene que haber mucha más presión en los dos lados del conflicto sudanés. Es un poco como la situación en Gaza que también discutimos. Ni Netanyahu ni Hamás tienen interés en hacer las paces. Es muy claro. Estados Unidos, Occidente, las potencias regionales tienen que ejercer mucha más presión sobre las partes, al igual que los Estados del Golfo, los vecinos de Sudán, y otros tienen que ejercer mucha más presión sobre los dos bandos de Sudán para que terminen esta guerra que no tiene sentido en absoluto, antes de que toda la civilización en Sudán quede hecha pedazos.

AMY GOODMAN: Jan Egeland, quiero darle las gracias por estar con nosotros. Secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados, quien nos acompañó desde Bogotá, la capital de Colombia. También queremos agradecerle a Manuel Rozental, médico y activista colombiano, quien habló con nosotros desde el norte del Cauca, en Colombia.

Al regresar, miramos a Birmania, donde unos 200 musulmanes rohinyá murieron recientemente en ataques mientras intentaban huir a Bangladés. Escucharemos las últimas noticias. Quédense con nosotros.


Traducido por Iván Hincapié. Editado por Igor Moreno Unanua.

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