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Al menos 558 personas murieron el lunes 23 de septiembre en el extenso bombardeo aéreo lanzado por Israel sobre el Líbano. Se trata de la mayor cantidad de muertes provocadas en un solo día en el Líbano en casi las últimas dos décadas. Los ataques, dirigidos contra hospitales, centros médicos y ambulancias, también han dejado miles de personas heridas y han obligado a miles de civiles a abandonar sus hogares. “Todo ha sido un caos”, dice desde Beirut Michelle Eid, jefa de redacción del medio Al Rawiya, al describir los intentos de sus familiares de huir de los ataques en el sur del país. “Esto se ha dado a una velocidad realmente impactante”, añade la escritora y traductora libanesa Lina Mounzer. “Si se prende fuego el Líbano lo más probable es que toda la región también termine en llamas”.
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