“Resistir en EE.UU. es un acto de mucha valentía”: la cantante franco-chilena Ana Tijoux habla de su nuevo álbum, el exilio de su familia, Palestina y la búsqueda de la alegría en la distopía mundial

Original en Español21 de abril de 2025
Escuche
Otros formatos
Escuche

La cantante franco-chilena Ana Tijoux conocida por sus letras con conciencia social, se encuentra de gira por Estados Unidos para presentar su nuevo EP “Serpiente de madera” y su reciente álbum Vida, lanzado el año pasado. Tijoux, cuyos padres fueron encarcelados bajo el régimen dictatorial de Pinochet en Chile antes de exiliarse en Francia, donde nació ella, nos habla de la música como “herramienta de resistencia” y de la importancia de la organización comunitaria para hacer frente a la normalización de la violencia. Además, describe su conexión con Estados Unidos como “tierra de migrantes” y resalta la importancia de la alegría radical en estos momentos de “distopía mundial”. “La alegría es algo que les da mucho miedo”, dice Tijoux, y añade: “Las luchas son producto de rabia colectiva por la injusticia, pero nuestra profunda convicción por la humanidad está llena de alegría y de esperanza”. La cantante franco-chilena también habla de su relación personal con Palestina, un asunto que para Tijoux “reúne políticamente todas las complejidades de este mundo moderno, que tienen que ver con el extractivismo, el colonialismo, el racismo, el feminicidio, etc.”.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org, el informativo de guerra y paz, soy Amy Goodman con Juan González. Hoy nos acompaña en nuestro estudio de Nueva York Ana Tijoux, la cantante de hip-hop franco-chilena conocida por sus letras con conciencia social. Sus padres fueron encarcelados bajo el régimen dictatorial de Pinochet en Chile y luego se exiliaron en Francia. Tijoux regresó a Chile en 1993 y ha estado haciendo música de forma casi continua desde entonces. En los años 90 fue parte del grupo de hip-hop Makiza.

Como solista, tuvo un álbum innovador llamado 1977, y ha ganado nominaciones para tres premios Grammy y cinco Grammy Latinos. Su trabajo explora temas que abordamos en Democracy Now!, desde la inmigración hasta el gozo radical. El año pasado lanzó su nuevo álbum llamado Vida, su primer álbum en una década, y ahora un nuevo EP llamado “Serpiente de madera”. Recientemente lanzó un nuevo sencillo llamado “Retome la pluma”.

Bienvenida de nuevo a Democracy Now! Es un placer tenerle de vuelta después de una década, y justo después de haber dado un concierto el 15 de abril en el Lincoln Center.

Antes de hablar de los recientes lanzamientos y su trabajo, quiero volver a su lugar de origen, incluso antes de que usted naciera en Francia. La razón por la que nació allí fue lo que sucedió en Chile, el otro 11 de septiembre de 1973 cuando Augusto Pinochet, respaldado por Estados Unidos, subió al poder y Salvador Allende, el líder elegido democráticamente, murió en el palacio presidencial. ¿Puede hablar sobre el encarcelamiento de sus padres, el exilio y cómo eso influyó en su trabajo?

ANA TIJOUX: Yo creo que, como siempre decimos, somos hijos de la dictadura. Somos muchos los que, como yo, nacimos fuera del país de origen. En mi caso nací en Francia y creo que la historia familiar es algo que uno porta con mucho orgullo. Eso se lleva por siempre, no es algo a lo cual uno pueda hacer oídos sordos o no escucharlo. Y tiene que ver con la historia de América Latina, la verdad. Es como que todas las dictaduras paralelas que han existido, y en la historia nuestra, la historia de toda una generación también.

Entonces, eso, evidentemente, por más que hay gente que dice que no hay que hablar de esto, que es pasado, uno no puede perder ese lazo histórico con de dónde uno viene y eso también genera la perspectiva en la mirada que uno tiene sobre el mundo, sobre quienes uno, sobre cómo uno aborda la música, la relaciones humanas, los cariños, los afectos, los vínculos.

JUAN GONZÁLEZ: Ana, ¿puede hablar de su nuevo EP, “Serpiente de madera”, cuál es el simbolismo detrás del título?

ANA TIJOUX: Si, totalmente. Mira, es un EP que hicimos con un gran amigo mío, Hordatoj, Jota Droh, que es un productor chileno, que es un hermano, un amigo de la vida. Y yo quería hacer este EP que era como quizás, aunque suene loco, sin tanta expectativa, sino [como algo] de dos amigos que se quieren mucho y comparten música e inquietudes.

Y claro, “Serpiente de madera” la verdad es que le queríamos poner… yo le quería poner el nombre porque la serpiente para mí representaba un animal con mucha capacidad de mutación, sobre todo en estos tiempos actuales. Y la madera que para mí representa la familia. Esa familia que tiene que ver que con los vínculo, con el cariño y los afectos, y ahí en ese movimiento estar siempre como articulándose.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y podría hablar un poco sobre cómo encontró la música, qué la atrajo y qué espera hacer con su música?

ANA TIJOUX: Pues la música llegó a mí desde muy niña. Tuve la suerte de tener unos padres que siempre pusieron mucha música en casa. Conocí muchos países a través de la música, porque muchos letristas hablaban de América Latina o de otros países. Entonces, la música fue un motor y también una manera de conocer históricamente otras realidades. Y me enamoré muy rápido de esta cosa loca que genera la música, que un universo lleno de creatividad, letras, música. Y empecé a escribir a los 18 años en este ejercicio, quizás, de entender un poquito quién era yo o también de expresarme, quizás de manera muy terapéutica, yo diría.

AMY GOODMAN: Quiero ir atrás en la historia, ya que usted lo hace con su música. En su álbum, “Vida”, usted cita a Víctor Jara, el gran músico que, en los primeros días de Pinochet en el poder, fue asesinado en uno de los estadios donde tantos miles de chilenos estuvieron detenidos. ¿Ana, sus padres estuvieron detenidos en un estadio antes de ir a prisión?

ANA TIJOUX: Sí, bueno… claro, los centros de detención en Chile eran varios, en verdad, y claro, mis familiares estuvieron en el Estadio Nacional. Mi madre, mi padre biológico y, claro, Víctor Jara finalmente representa una cicatriz abierta, yo diría. Una cicatriz abierta que tiene que ver con el dolor de Chile, yo creo, y con la impunidad.

Y Víctor Jara tiene esa peculiaridad que atraviesa a todo el mundo, o sea, lo escuchamos y nos emocionamos de manera bastante automática. Y también por su capacidad, su pluma, por su letra, por su música, por lo que representa, por lo que representaba y representa hasta el día de hoy. Y también quizás porque su música nos hace recordar como… porque creo que Víctor es del mundo también, llegó a ese punto que atraviesa fronteras, atraviesa cordilleras y nos hace recordar un poquito el quiénes somos como identidad, de alguna u otra manera.

AMY GOODMAN: Una de las canciones de Victor Jara que fue lanzada póstumamente fue “Manifiesto”. Usted la cita mientras rapea: “Yo no canto por cantar ni por tener buena voz, canto porque la guitarra tiene sentido y razón”. Hable sobre el poder de la resistencia y el arte, Ana.

ANA TIJOUX: Creo que la música y las artes siempre han sido una respuesta natural a procesos sociales y políticos muy complejo, y lo demuestra la historia. Lamentablemente creo que la industria ha querido muchas veces quizás separar estos mundos, como no hablar de política o no hablar de lo que está sucediendo, pero la música es pura sensibilidad. Es imposible no estar sensibilizado a lo que está sucediendo cerca de uno o en el mundo, sería una falta de empatía total.

Entonces, como que de manera natural creo que la música siempre ha sido como una herramienta de resistencia ante muchas cosas o de denuncia, o de colectivo o de sensibilidad, ¿no?. [La música] reúne muchas cosas, y el hacer música popular también, como género en particular. La música tiene en su haber que es como que cruza generaciones, cruza clases, cruza muchas cosas.

AMY GOODMAN: Todos bailan juntos.

ANA TIJOUX: Y eso es peligroso para algunos también, ¿no?

AMY GOODMAN: Pienso en su visita a este país en este momento, con Trump ahora en el poder y su clara obsesión con la cultura. Él se vio muy afectado durante la campaña debido a que uno tras otro músico le enviaron cartas de cese y desistimiento diciendo que no usara su música. Y al llegar de nuevo a la presidencia, inmediatamente disuelve la mayor parte de la junta del Centro Kennedy para las Artes Escénicas. Él conoce el poder de la cultura y quiere dominarla. Así que se convierte en presidente de la junta directiva, y luego celebra una reunión de la misma en el Centro Kennedy y cuelga su propio retrato al lado del de John F. Kennedy.

También despidió a personas como John Batiste, el gran músico que hacía parte de la junta administrativa. Ahora músicos, artistas, actores, uno tras otro se han negado a presentarse allí. Incluso el musical Hamilton de Lin Manuel Miranda no se va a presentar. Se dice que una de las primeras actuaciones será el coro del 6 de enero. Esas son las personas que participaron en la insurrección del 6 de enero de 2021. Hable sobre lo que significa su visita a Estados Unidos en este momento y el mensaje crítico que ofrece al estar aquí.

ANA TIJOUX: O sea, yo estaba muy curiosa, estoy muy curiosa de estar acá, para ser muy honesta. Y cuando digo curiosidad… evidentemente, uno ve las noticias desde el exterior, y la rapidez de las noticias también es… Yo no sé cómo hacen este trabajo, porque pasan tantas cosas muy rápidas que a uno también le cuesta digerir un poco la rapidez de la violencia y la normalización de la violencia. O sea, estamos en un momento histórico en el cual es democrático decir “soy racista” o “soy clasista”. Se generó como una normalización… con la palabra libertad y con la palabra democracia, que puedo decir lo que se me plazca, ¿no?

Por otra parte, claro, una de las razones por la cual vengo mucho acá es porque tengo muchos afectos acá en este lugar. Tengo muchos amigos a lo largo del país, gente maravillosa, que ha resistido durante todo este tiempo. Y siento que resistir en este lugar es un acto de mucha valentía, de mucha valentía, desde gente que es hijo de segunda, tercera o cuarta generación de inmigrantes, siendo que esta es una tierra de inmigrantes. Y lo que me lo que me comenta sobre el culto a la personalidad de este presidente, es que no me extraña.

Hablábamos de Víctor Jara, a Víctor Jara lo silenciaron por lo mismo, porque Víctor Jara tenía esa capacidad de hablarle al pueblo y a la gente y eso asustaba. Y creo que la gente que tiene la capacidad de unir voces siempre asusta. Cuando hay un Gobierno que necesita imponer su orden, imponer también lo que se debe escuchar o lo que no se debe escuchar, o cómo se debe escuchar.

Entonces, evidentemente, me asusta un poco lo que sucede acá, me asusta por la gente que quiero, por los afectos que tengo depositados acá, pero también, de alguna manera, y quizás no quiero sonar falsamente esperanzadora, pero también quiero confiar en la capacidad de este pueblo en organizarse y en la respuesta que va a haber en términos comunitarios. Es demasiada violencia junta. Yo creo que siempre va a haber una respuesta de parte de jóvenes universitarios o de una antigua generación. Creo que la comunidad siempre va a ser clave ante la violencia.

JUAN GONZÁLEZ: Usted regresó a Chile en la década de 1990. Chile es el hogar de una de las diásporas palestinas más grandes fuera del mundo árabe. ¿Puede hablar sobre su conexión con el pueblo palestino y también sobre el genocidio en Gaza?

ANA TIJOUX: Pues sí, la verdad es que yo tengo la… tuve la dicha de ya tener mucha conexión con la historia palestina desde Francia, porque mis padres siempre tuvieron grandes amigos palestinos que iban a la casa en Francia. Y después, cuando llegué a Chile efectivamente me di cuenta que era una comunidad gigante. Desconocía esa parte de la historia en Chile. Como bien dices, es una comunidad muy grande, una de las más grandes… siendo la más grande de América, de toda América y América Latina. Creo que después Jordania es la más grande, también.

[La comunidad palestina en Chile llega en] tres migración importantes, que son años 20, los 40 y los 70, tenemos un club palestino, tenemos un estadio palestino y eso ha hecho también que de manera natural uno tenga la posibilidad de conocer paisanos que cuentan un poco la historia de ellos y ahondar un poco en la problemática que es Palestina, particularmente, que para mí reúne políticamente todas las complejidades de este mundo moderno, que tiene que ver con el extractivismo, el colonialismo, el racismo, el feminicidio, etc.

JUAN GONZÁLEZ: Hay un evidente fervor anti-inmigración y anti-inmigrantes que se ha extendido no sólo por América Latina, sino también por Europa. Usted fue parte de Makiza, un grupo de hip hop de Chile que tuvo una canción de éxito llamada “La Rosa de los vientos”. Háblenos de esa canción.

ANA TIJOUX: “La Rosa de los vientos” es una canción que habla justamente de ser hijo de migrantes. Somos un pueblo migrante por naturaleza en el mundo, por distintas razones. Lamentablemente, mucha gente emigra por razones climáticas, guerras, conflictos, dictaduras y somos ese resultado. Somos un mundo mestizo. Y “La Rosa de los vientos” habla de eso, de la identidad, de dónde venimos, de que finalmente ese mestizaje es mi identidad. Y esta rosa de los vientos que se mueve a través del norte, el sur, el oeste y el oeste, también es parte de lo que soy.

JUAN GONZÁLEZ: Podría hablar también sobre la alegría radical y de si ve el arte como una forma de resistencia.

ANA TIJOUX: Sí, porque creo que la alegría es algo que les da mucho miedo. No podemos… no se les puede regalar esta profunda alegría que tenemos por la vida. Yo siempre he pensado que las luchas son producto, evidentemente, de rabia colectiva por la injusticia, pero nuestra alegría por la justicia o nuestra nuestra convicción, nuestra profunda convicción por la humanidad está llena de alegría, está llena de esperanza, de esperanza en que se puede. Si uno pierde esa energía, yo creo que es muy difícil caminar, y nos toca dentro de la distopía mundial estar en la permanente búsqueda de eso.

AMY GOODMAN: Me preguntaba, mientras terminamos, ¿como mantiene esa alegría radical? En nuestro programa hemos estado hablando de los cientos de personas que han sido enviadas desde Estados Unidos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador, así como de los estudianteS extranjeros detenidos en las calles de Estados Unidos, uno tras otro, en Somerville, Massachusetts, en la universidad de Tufts, una estudiante de Turquía, otros dos estudiantes palestinos de la Universidad de Columbia, uno arrestado por hombres enmascarados en su vivienda de Columbia y enviado a una cárcel en Louisiana. Es un momento aterrador para muchos en este país, especialmente los inmigrantes, ¿cuáles son sus pensamientos finales sobre todo esto?

ANA TIJOUX: Evidentemente, da miedo, da mucho miedo el corte total de la justicia, ¿no? Y como la injusticia se establece. Y claro, no quiero sonar falsamente esperanzadora, pero sí, yo por lo menos, es una energía que yo necesito depositar en mi [vida] cotidiana para seguir luchando. Cuando digo luchando [me refiero a] seguir escribiendo, seguir componiendo, seguir caminando, seguir articulándome, seguir haciendo cosas, y buscar siempre esa energía. Y a pesar de este momento terrible histórico y mundial, hay gente increíble haciendo cosas. Y yo siempre me trato de aferrarme a eso, sino me da una depresión brutal, la verdad. Entonces, evidentemente, ante esta barbarie siento que me queda un poquito eso y como madre también tengo que buscar esa energía permanentemente.
AMY GOODMAN: Tengo una última pregunta sobre sus padres, viniendo de la tradición del Holocausto y de gente que contaba sus historias, pero también en familias que no querían hablar, que guardaban silencio, que no querían revivir todo ese dolor. Sus padres estuvieron presos en Chile. Gente de su comunidad que usted conocía también fueron encarcelados. ¿Hablaban sus padres de ello? Cuando vivían en París, ¿le contaron sus historias?

ANA TIJOUX: Diría que mis padres en particular nunca me hablaron detalles. En eso han sido muy reservados, y también es una reserva que yo les respeto tremendamente, pero sí me han dado… Lo que admiro mucho de mis padres es que nunca hicieron ese dolor personal, siempre se habló de lo que “nos hicieron a todos nosotros”. Y por eso, de esa manera siempre dicen hasta el día de hoy que están totalmente en contra de tortura contra cualquier ser humano en el mundo. Y esa perspectiva internacionalista de tener empatía hacia el ser humano es algo que se estableció en mi familia desde que soy muy pequeña. Pero nunca me han hablado detalles. He visto reportes judiciales, que son reportes muy fríos, porque es una escritura legal, con puntos, comas, etc., pero sí lo sé sin saber. Es como extraña la pregunta, pero siempre ellos han hablado de “nosotros, los que estuvimos presos, nosotros, nuestra generación”, nunca lo hicieron personal.

AMY GOODMAN: La gran Ana Tixou, cantante franco-chilena, artista de hip hop conocida por sus letras con conciencia social, ahora está de gira por Estados Unidos. Ha lanzado esta gira con un nuevo álbum Vida y un nuevo EP, “Serpiente de madera”.

Esto es Democracy Now!, para ver nuestra entrevista en inglés visiten Democracynow.org. Soy Amy Goodman con Juan González. Muchas gracias por acompañarnos.


Producido por Democracy Now! y Democracy Now! en español.

The original content of this program is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 United States License. Please attribute legal copies of this work to democracynow.org. Some of the work(s) that this program incorporates, however, may be separately licensed. For further information or additional permissions, contact us.

Las noticias no comerciales necesitan de su apoyo

Dependemos de las contribuciones de nuestros espectadores y oyentes para realizar nuestro trabajo.
Por favor, haga su contribución hoy.
Realice una donación
Inicio