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Analizamos el impacto de la decisión del presidente Trump de suspender el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos junto a Krish O’Mara Vignarajah, presidenta y directora ejecutiva de Global Refuge, una organización cristiana sin fines de lucro que trabaja para proporcionar alojamiento y recursos a la gente refugiada que llega a Estados Unidos como parte de dicho programa. El Programa de Admisión de Refugiados es altamente selectivo y, durante décadas, ha gozado de un apoyo bipartidista. Durante el año 2024, habilitó el asentamiento de alrededor de 100.000 personas refugiadas en Estados Unidos. Ahora, otras miles de personas cuyas solicitudes de ingreso al país ya habían sido aprobadas se encuentran varadas en situaciones inestables, ya sea con un estatus migratorio incierto en Estados Unidos o en sus países de origen, en condiciones peligrosas de guerra o persecución y sin la posibilidad de salir. Vignarajah señala que el Programa de Admisión de Refugiados “refleja el espíritu de generosidad que tiene Estados Unidos”. Además, como ejemplo de la importancia del reasentamiento de refugiados en la política exterior de Estados Unidos, destaca la difícil situación de los refugiados afganos cuyo ingreso al país ya está aprobado, que ahora corren el riesgo de sufrir represalias por parte de los talibanes.
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