En Francia se han impuesto toques de queda y otras medidas de emergencia, en un esfuerzo para detener los disturbios llevados a cabo por jóvenes inmigrantes y musulmanes, que comenzaron hace dos semanas en los suburbios de Paris. Los disturbios civiles se han extendido a más de 300 localidades y ciudades en Francia, e incluso al otro lado de las fronteras, en Bruselas y Berlín. Anoche, el Primer Ministro Dominique de Villepin anunció por televisión nacional que los poderes de emergencia serían invocados bajo una ley aprobada hace 50 años. La ley del toque de queda fue usada por primera vez en Argelia, en un intento sin éxito de sofocar una insurrección cuando ese país del norte de África era una colonia francesa. Los jóvenes de los suburbios dijeron al periódico Le Parisien que las medidas de emergencia “no cambiarán nada”. Uno de los jóvenes dijo: “Esto no solucionará las cosas. Más represión significa más destrucción… más policías son sólo una provocación”. Hoy la policía anunció que cerca de 1.200 automóviles fueron incendiados durante la noche y que se efectuaron 330 arrestos.
El lunes, en Panamá, el Presidente Bush respondió a las crecientes críticas acerca del maltrato a los detenidos en el extranjero. Bush dijo: “Estamos encontrando a los terroristas y llevándolos ante la justicia. Estamos reuniendo información sobre dónde se podrían estar escondiendo”. Y agregó: “Estamos tratando de desbaratar sus planes y conspiraciones. Todo lo que hacemos para lograrlo, todas las actividades que realizamos, son legales. Nosotros no torturamos”.
Pero el Presidente Bush se negó a responder directamente si permitirá que la Cruz Roja tenga acceso a los prisioneros detenidos por la CIA o si estaba de acuerdo con el Vicepresidente Cheney en que la CIA debe ser eximida de la legislación que prohíbe la tortura.
En Capitol Hill, el Senado se prepara para poner a votación hoy mismo la creación de una comisión independiente para investigar abusos contra prisioneros en Irak, Afganistán y Guantánamo.
La Corte Suprema de Estados Unidos anunció el lunes que decidirá si el gobierno de Bush puede utilizar tribunales militares para enjuiciar a los prisioneros detenidos en la Bahía de Guantánamo. En julio, un tribunal federal de apelaciones integrado por tres jueces decretó que un tribunal compuesto íntegramente por militares podía enjuiciar y sentenciar a Salim Ahmed Hamdan, un hombre Yemini acusado de ser el guardaespaldas y chofer de Osama Bin Laden. El lunes, el Presidente de la Corte Suprema, John Roberts, se retiró del caso debido a que él fue uno de los jueces del tribunal de apelaciones que dictaminó anteriormente en este caso.
El Pentágono presento cargos por crímenes de guerra contra otros cinco detenidos en Guantánamo. Uno de esos detenidos es Omar Khadr, un ciudadano canadiense que esta preso en Estados Unidos desde que tenía 15 años de edad. El abogado de Khadr, Muneer Ahmad, protestó contra la decisión del lunes y dijo: “Mediante la tortura, abuso y tres años de detención ilegal, este gobierno le ha robado a Omar su juventud… El hecho de que este gobierno haya considerado adecuado enviar a un niño a ser juzgado por una comisión militar es aborrecible”. El gobierno de Bush se negó a asegurar que no pedirá la pena de muerte para el joven. Khadr fue detenido en Afganistán, presuntamente tras lanzar una granada que mató a un soldado estadounidense.
El Pentágono presentó nuevas directrices para los interrogatorios a prisioneros detenidos por los soldados estadounidenses. Según el New York Times, las nuevas directrices prohíben “actos de tortura física o mental”. Pero el Times informa que el gobierno de Bush aún no decidió si prohibirá los castigos “crueles” y “humillantes”. Las nuevas directrices no se aplican a los interrogatorios de la CIA.
Mientras tanto, las Fuerzas Armadas anunciaron el lunes que se presentaron cargos contra cinco soldados estadounidenses por asestar golpes de puño y puntapiés a detenidos en Irak. Las golpizas ocurrieron hace dos meses.
En Irak, es el cuarto día de una gran ofensiva aérea y terrestre a lo largo de la frontera con Siria, dirigida por Estados Unidos. Aviones de guerra estadounidenses han disparado proyectiles Hellfire y lanzado bomba de 220 kilogramos. Las Fuerzas Armadas estadounidenses dijeron que mataron a 36 personas durante los ataques y que todos eran insurgentes.
En Bagdad, cuatro soldados estadounidenses murieron el lunes debido a un atentado suicida con coche-bomba. Fue el ataque suicida más letal contra las fuerzas estadounidenses en los últimos cuatro meses. En Mosul, un periodista de un diario iraquí fue asesinado de un balazo en un cibercafé. Y en Washington, el Pentágono anunció que probablemente mantendrá a por lo menos 92,000 soldados en Irak hasta 2008.
El gobierno iraní afirma que ha encontrado restos de aviones de espionaje estadounidenses dentro de su territorio. Los aviones presuntamente se estrellaron durante el verano. Irán reveló este descubrimiento el lunes en la Organización de las Naciones Unidas, donde acusó a Estados Unidos de quebrantar las leyes internacionales y violar su soberanía. Este año, Seymour Hersh, del periódico New Yorker, informó que el Pentágono había comenzado a enviar secretamente fuerzas a Irán para identificar posibles blancos militares futuros.
El Wall Street Journal informa que pasaron 17 meses desde que el gobierno de Bush anunció una investigación penal exhaustiva de las denuncias de que el exiliado iraquí Ahmad Chalabi filtró información secreta de Estados Unidos a Irán. Desde entonces, el FBI no entrevistó a Chalabi ni a ningún funcionario estadounidense vinculado con el asunto. Chalabi llega hoy a Washington en su primera visita oficial en dos años. Tiene programado hablar en el American Enterprise Institute (Instituto de la Empresa Estadounidense) el miércoles y se reunirá con la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y con el Secretario del Tesoro, John Snow.
En Australia, la policía arrestó a 15 personas, entre ellas un destacado clérigo islámico. Esas personas son acusadas de prepararse para llevar a cabo “un catastrófico acto terrorista”, pero se revelaron muy pocos detalles de la presunta conspiración. Los arrestos se realizaron en forma dramática. Más de 450 policías armados, apoyados por helicópteros, irrumpieron en 20 hogares en Sydney y Melbourne. Uno de los sospechosos recibió un disparo en la cabeza. La policía dijo que había desobedecido órdenes de detenerse.
El Servicio de Recaudación Interna (IRS, por sus siglas en inglés) advirtió a una de las mayores iglesias del sur de California que podría perder su exoneración impositiva debido a que un sacerdote dio un sermón en el que criticaba a la guerra de Irak, dos días antes de las elecciones presidenciales del año pasado. La IRS envió una advertencia a la Iglesia Episcopal de Todos los Santos en Pasadena, señalando que el código federal impositivo prohíbe que las organizaciones exentas de impuestos, incluyendo a las iglesias, intervengan en campañas políticas y elecciones. La IRS emitió advertencias a otras organizaciones sin fines de lucro, incluyendo a la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés), por emitir declaraciones consideradas críticas hacia el presidente.
En noticias de América Latina, el ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, fue arrestado en Chile. Funcionarios peruanos dijeron que se preparan para solicitar su extradición a Perú, donde es buscado por la justicia por 21 acusaciones penales de violaciones de derechos humanos y corrupción. Fujimori vivía en Japón desde su renuncia en 2000.
Y hoy es día de elecciones en muchas partes del país. Los votantes de Nueva Jersey y Virginia elegirán nuevos gobernadores. En la ciudad de Nueva York, la competencia por la alcaldía es entre el alcalde Michael Bloomberg y Fernando Ferrer. En las tres campañas se han gastado cifras sin precedentes. En Nueva York, Bloomberg superó los el récord previo de finanzas para una campaña no presidencial, al gastar 100 millones de dólares en busca de su reelección, diez veces más de lo que gastó Ferrer. En Nueva Jersey, los candidatos a la gobernación, el senador Jon Corzine y el republicano Doug Forrester gastaron entre los dos 70 millones de dólares, convirtiendo a esta campaña en la más costosa de la historia del estado. Y en Virginia, el republicano Jerry Kilgore y Tim Kaine gastaron la suma histórica de 40 millones de dólares. Los votantes también elegirán alcaldes en Atlanta, Boston, Detroit, Houston, Miami, Minneapolis, San Diego, Seattle y otras ciudades. Y en California, los votantes decidirán el destino de cuatro iniciativas apoyadas por el gobernador Arnold Schwarzenegger. Esas iniciativas están relacionadas con contrataciones de educadores, deudas sindicales, recortes presupuestarios y la facultad del parlamento del estado para delimitar circunscripciones electorales.