En el oeste de Irak, infantes de marina estadounidenses lanzaron lo que se describe como la mayor ofensiva de Estados Unidos desde la invasión a Fallujah. Las fuerzas armadas sostienen haber matado a 100 personas cerca de la frontera con Siria. Al menos tres infantes de marina murieron en el combate. Según Los Angeles Times, la resistencia iraquí estaba preparada para recibir los ataques estadounidenses. Se apilaron sacos de arena frente a las casas a modo de búnker. Los combatientes estaban posicionados estratégicamente en los techos y balcones. Se veía a los residentes lanzar bengalas para indicar la llegada de las tropas estadounidenses. Los soldados enfrentaron una barrera de morteros durante la ofensiva. En al menos una localidad, los infantes de marina se vieron involucrados en combates casa por casa. El comandante del regimiento, Cnel. Stephen Davis dijo, “tienen combatientes con mucha experiencia aquí — se trata de un enemigo dedicado que es preciso erradicar. Puede llevar días, semanas o meses. Pero no nos iremos de aquí hasta lograrlo.”
Mientras tanto, la CIA se niega a entregar el control del servicio de inteligencia de Irak al recientemente electo gobierno iraquí. La información surge de un informe de la Agencia de Noticias Knight Ridder. La policía secreta de Irak continúa siendo inevitablemente un brazo de Estados Unidos. El director fue electo por la administración Bush. El organismo está financiado por el gobierno de Estados Unidos, y reporta directamente a la CIA. Asimismo, Estados Unidos le prohibió al nuevo gobierno que revisara los archivos sensibles de la inteligencia nacional que se guardan en la sede de Estados Unidos en Bagdad. Un político iraquí le dijo a Knight Ridder “Prefiero denominarla la Inteligencia de Estados Unidos en Irak, en lugar del Servicio de Inteligencia Iraquí. Si insisten en mantenerlo, entonces tendremos que formar un nuevo organismo”. Estados Unidos ha defendido el plan, argumentando que las medidas son necesarias para evitar que los secretos de Irak lleguen a su pais vecino, Irán.
Entre tanto, El Washington Post informa que Estados Unidos planifica construir más cárceles en Irak para alojar al creciente número de detenidos. Estados Unidos actualmente aloja 11.000 presos — el doble de los que alojaba seis meses atrás. Estados Unidos tiene pensado gastar 50 millones de dólares en la expansión de tres complejos carcelarios y en la apertura de un cuarto.
En el Capitolio, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado se prepara para votar el jueves la nominación de John Bolton como embajador de las Naciones Unidas. Sin embargo, han surgido nuevas dudas acerca del desempeño de Bolton en el Departamento de Estado, donde trabajó como subsecretario de estado de control de armas. Recientemente, los senadores se enteraron que hace dos años se le ordenó a Bolton que no diera ningún discurso o declaración, a menos que fuera personalmente aprobado por Richard Armitage-subsecretario de Estado. El hecho se dio a raíz de que el Secretario de Estado Colin Powel, y Armitage consideraron que Bolton había causado problemas al hablar sobre temas delicados en forma inapropiada. Mientras que el ex subdirector de la CIA–John McLaughlin — confirmó que Bolton intentó destituir de su cargo a un analista de primer nivel de la CIA tras una disputa por la amenaza que representa Cuba. McLaughlin dijo que el incidente había sido la única vez en 32 años de trabajo en la agencia que había visto que un funcionaro del gobierno responsable de diseñar políticas solicitara la transferencia de un analista de la CIA.
En México, el gobernador populista de la ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció oficialmente el pasado lunes que renunciaría al cargo de gobernador el 31 de julio, para ser candidato a la presidencia. Su candidatura se basará en la plataforma “más justicia y menos desigualdad”. En las elecciones presidenciales del próximo año, los votantes mejicanos se dirigirán a las urnas para elegir al sustituto de Vicente Fox — a quien la constitución le impide presentarse por tercera vez a la presidencia.
En Nueva York, una joven de 16 años —- a quien el gobierno acusó de potencial mujer bomba— regresó al liceo en el Este de Harlem. Hace seis semanas, oficiales de la policía federal detuvieron a dos jóvenes de 16 años- una guineana y otra bengalí. En el momento el gobierno dijo que, “se trataba de una amenaza inminente a la seguridad de Estados Unidos”. En seis semanas, el gobierno dijo muy poco acerca de sus intenciones, a pesar de las protestas públicas. El caso fue mantenido en secreto. Las audiencias estaban cerradas al público y los comentarios del FBI estaban sellados. Se les prohibió a los abogados revelar información del gobierno. Pero ahora parece que el gobierno no tenía ningún caso, y las jóvenes no presentaban amenaza alguna. El New York Times informa que el gobierno liberó a la joven de Guinea, quien se reintegró al liceo el viernes. Mientras tanto, la joven bengalí permanece detenida — pero por causas de inmigración, y no de seguridad nacional. Un juez de inmigraciones ordenó deportar a la joven y a sus padres.