Un juez federal estadounidense desestimó una demanda presentada por un ciudadano canadiense contra el gobierno de Estados Unidos, por detenerlo y enviarlo a Siria, donde fue encarcelado y torturado. Maher Arar fue la primera persona que presentó una demanda civil que cuestiona la política del gobierno estadounidense conocida como rendición extraordinaria. Arar fue detenido en octubre de 2002 mientras hacía escala en el aeropuerto internacional JFK de Nueva York. Luego fue encarcelado y deportado en forma secreta a Siria, donde estuvo detenido durante casi un año, sin que se presentaran cargos en su contra, en una celda subterránea no mucho más grande que una tumba. Nunca se presentaron cargos en su contra. El juez federal David Trager dijo que no podía interferir en el caso porque involucra asuntos cruciales de seguridad nacional y relaciones exteriores.
En Canadá, Arar dijo que la decisión era “muy decepcionante [y] emocionalmente muy difícil de procesar”.
Barbara Olshansky, del Centro para los Derechos Constitucionales, dijo que el equipo de abogados intentaría de todos modos proceder con el caso.
Olshansky dijo: “¿Cómo puede este gobierno argumentar frente a un Juez de un Tribunal Federal que su práctica de externalización para interrogatorios bajo tortura constituye un secreto de estado? Este es realmente un día triste”.