En Irak, el ataque con bombas a un santuario chiita sagrado provocó el estallido de una ola de violencia sectaria que está reviviendo los temores de una guerra civil aún más intensa. Al menos 60 personas murieron desde que el santuario de Askariya fue atacado el miércoles. Entre los muertos se encuentra Atwar Bahjat, una periodista de la cadena televisiva Al-Aarabiya, y otros dos miembros de su equipo de trabajo. Se informó que tres imanes sunitas también fueron asesinados. Adel Abdul Mahdi, el vicepresidente chiiita iraquí, dijo: “Esto es como los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos”. USA Today informa que al menos 90 mezquitas sunitas fueron atacadas en represalias violentas. En Basora, aproximadamente 10 prisioneros extranjeros fueron trasladados de una cárcel local y ejecutados. En Bagdad, las oficinas del Partido Islámico Iraquí, el mayor grupo sunita del país, fueron atacadas. El líder del Partido Islámico Iraquí, Tareq Al-Hashimi, dijo: “El Partido Islámico Iraquí considera que los ataques a las mezquitas y a los edificios del partido son crímenes históricos que exigen una posición oficial de todos (los iraquíes) y ponerle fin a estos crímenes, para confrontar a los perpetradores antes de que sea demasiado tarde. Pedimos a los manifestantes que muestren compostura y que no se dejen llevar por las tensiones sectarias en las que no habrá ganadores ni perdedores”.
Bombardeo a santuario chiita provoca protestas y violencia
Titular23 Feb. 2006