El Congreso aprobó casi cien mil millones de dólares en gastos de guerra hasta fines de septiembre, sin fijar plazos límites para la retirada de los soldados estadounidenses de Irak. La votación del jueves puso fin a meses de disputas, entre ellas que el Presidente Bush vetara un proyecto de ley anterior que establecía plazos no vinculantes para la retirada. En la Cámara de Representantes, los resultados finales de la votación fueron de 280 votos a favor y 142 en contra. La Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, fue una de las representantes demócratas que votó en contra de la medida.
Del otro lado del pasillo, el Líder de la Minoría Republicana, John Boehner, se emocionó mientras exhortaba a los legisladores a financiar la guerra.
Los resultados finales de la votación del Senado fueron de ochenta votos a favor y catorce en contra. Los candidatos presidenciales demócratas Hillary Rodham Clinton y Barack Obama votaron en contra del proyecto de ley.
Esta medida también incluye varias disposiciones internas introducidas por los demócratas. Por primera vez en una década, se aumentó el salario mínimo, de cinco dólares y quince centavos a siete dólares y veinticinco centavos durante un período de dos años.
Hoy temprano en la Casa Blanca, el Presidente Bush exhortó a los legisladores a que aprueben el proyecto de ley para continuar con la guerra. Más tarde, David Gregory, un periodista de la NBC, le formuló algunas preguntas.
El Presidente Bush también dijo que Estados Unidos ejercería presión para que se impongan nuevas sanciones a Irán por sus actividades nucleares.
El pedido tuvo lugar mientras Estados Unidos niega las acusaciones de que el gran despliegue de aviones en la Costa del Golfo tiene por objetivo intimidar a Irán. Está programado que los buques lleven a cabo una serie de ejercicios militares durante dos semanas.
En Irak, más de sesenta personas murieron el jueves en una serie de ataques. Al menos 27 personas fallecieron en un atentado suicida con bomba contra un cortejo fúnebre en la ciudad de Fallujah. Mientras tanto, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos anunciaron la muerte de otros seis soldados estadounidenses. Aproximadamente noventa soldados estadounidenses han fallecido este mes en Irak. El mes pasado fue el más letal para las Fuerzas Armadas en lo que va del año, ya que murieron 104 de sus miembros.
Mientras tanto en Bagdad, cientos de residentes salieron a las calles del distrito de Amil, para protestar contra una serie de redadas dirigidas por Estados Unidos y un crecimiento abrupto de los ataques con bombas.
En otra noticia de Irak, el clérigo chiíta Muqtada al-Sadr hizo su primera aparición pública en cuatro meses. Sadr, que se había ocultado en Irán al comienzo de la ofensiva estadounidense en Bagdad, dio un sermón en el día de hoy ante miles de seguidores en la ciudad sagrada de Nayaf, donde solicitó el retiro de los soldados estadounidenses.
En los Territorios Ocupados, Israel realizó un ataque aéreo en Gaza cerca de la casa del Primer Ministro palestino Ismael Haniyeh. Los residentes dicen que un misil impactó una caravana de vehículos que protegían una calle cercana. Israel afirma que Haniyeh no era el blanco de la ofensiva. Este fue uno de los once ataques lanzados contra Gaza en un período de 24 horas, y se trató de la más intensa cortina de fuego desde que Israel comenzó a atacar la semana pasada.
Los ataques sucedieron luego de que Israel arrestara a más de treinta funcionarios del gobierno de Hamas.
Los arrestos también provocaron críticas a nivel internacional.
En Capitol Hill, los demócratas presentaron una medida para solicitar un voto de no confianza contra el Fiscal General Alberto Gonzáles. La votación está programada para mediados de junio.
En materia de medios, el personal de McClatchy Newspapers dice que el Pentágono los excluyó como represalia a su cobertura del período previo a la guerra, que cuestiona las afirmaciones del gobierno de Bush sobre Irak. No se les permitió a los corresponsales de McClatchy en el Pentágono viajar en el avión del Secretario de Defensa por al menos tres años. El jefe de la oficina de McClatchy en Washington DC, John Walcott, dijo: “La idea de que funcionarios públicos le impidan la cobertura a personas que decidieron que no son de su agrado, es en el mejor de los casos antiprofesional y en el peor de los casos antidemocrático y mezquino”.
Los Angeles Times informa que el gobierno mexicano amplió su programa de vigilancia de llamadas telefónicas y correos electrónicos, utilizando dinero del gobierno de Estados Unidos. El Departamento de Estado pagó por un nuevo sistema de vigilancia de tres millones de dólares diseñado por la empresa de Nueva York Verint Systems. El financiamiento suscitó preocupaciones de que la vigilancia podría ser compartida con funcionarios del cumplimiento de la ley de Estados Unidos. Tanto funcionarios mexicanos como estadounidenses se negaron a realizar comentarios sobre si compartirían información.
Y por último, nativos de las Islas Chagos, en el Océano Índico, obtuvieron una victoria legal en su larga batalla para regresar a su país. Las fuerzas británicas expulsaron a los habitantes de la isla hace cuarenta años, para dar paso a una base militar estadounidense en la mayor isla del archipiélago, Diego García. La base fue utilizada para lanzar misiones de bombardeo contra Irak y Afganistán. Esta semana un tribunal británico criticó el “abuso de poder” del gobierno británico, y dictaminó que se debería permitir a los habitantes de Chagos regresar a todas las islas excepto a Diego García. Estados Unidos realizó durante mucho tiempo una campaña que buscaba negarle a los habitantes el derecho a regresar a cualquiera de las 65 islas.