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Diciembre 09, 2009
Uno de los países que encabeza la petición de compensaciones justas por el cambio climático en las conversaciones sobre el clima en Copenhague es Bolivia. Hablamos con la principal negociadora boliviana en materia de clima, Angélica Navarro. “El veinte por ciento de la población mundial ha emitido más de dos tercios de las emisiones. Y como resultado de esto, ha causado más del 90 por ciento del aumento de las temperaturas”, afirma Navarro. “No estamos mendigando ayuda; queremos que los países desarrollados cumplan con su obligación y paguen su deuda”.
Hablamos también con Miguel Lovera, negociador principal de Paraguay, que ha desempeñado un papel clave en las negociaciones sobre el cuidado de las selvas del mundo, que muchos esperan que sea uno de los pocos acuerdos a los que se llegue en la cumbre sobre el cambio climático aquí en Copenhague. El acuerdo se llama REDD, “Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación”, y se espera disponer de un texto final para el acuerdo durante el fin de semana.
Y para terminar el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Marlon Santi, habla con Democracy Now! desde Copenhague sobre el acuerdo para la “Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación”, o REDD.
ANJALI KAMAT: Ahora vamos a hablar con los jefes de los equipos de negociación de asuntos climáticos de Bolivia y Paraguay. Bolivia ha sido uno de los países líderes en reclamar reparaciones justas por el clima acá en las conversaciones de la COP15. El Presidente Evo Morales, que fue recientemente reelecto con una victoria abrumadora, ha hablado abiertamente de la deuda climática. Le dijo a la revista Mother Jones en noviembre, cito, “Si hay países que le están haciendo mucho daño al planeta, esos países deben hacer algún tipo de reconocimiento, algunas reparaciones por los daños que están causando”. Después de esto, Evo hizo público un amplio plan de veinte puntos, que incluye la demanda de que los países desarrollados contribuyan con un mínimo del un uno por ciento de su PIB anual a un fondo de las Naciones Unidas para los países pobres.
Nos acompañan Angelica Navarro, la principal negociadora de Bolivia, y también Miguel Lovera, el jefe de los negociadores de Paraguay. Miguel Lovera ha tenido un rol clave en las negociaciones sobre las selvas tropicales del mundo, que muchos creen que será uno de los únicos puntos en los que se llegue a un acuerdo acá en Copenhague. El acuerdo se llama REDD, Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación, y se espera un texto final para finales de esta semana.
Angelica Navarro y Miguel Lovera, bienvenidos a Democracy Now!
MIGUEL LOVERA: Muchas gracias.
ANJALI KAMAT: Angélica, comencemos con usted. Cuéntenos sobre el borrador de acuerdo danés y su respuesta a eso.
ANGELICA NAVARRO: Bueno, tengo que decir que esto nos tomó por sorpresa, pero también quiero felicitar y resaltar al buen trabajo que está haciendo la prensa, porque, en realidad, si nos enteramos fue por la prensa. Y la reacción de los países del G77 ha sido bastante directa y hacia dos aspectos: el proceso y el contenido.
En cuanto al proceso, tengo que decir que estamos bastante sorprendidos porque esto no es lo que esperábamos. Ciento noventa y dos países están acá reunidos para llegar a un acuerdo. Y este proceso turbio del texto danés llanamente parece no ser tan transparente, ni democrático, ni participativo, conformado de arriba hacia abajo, y esta parece ser la dinámica que se está imponiendo al proceso que estamos tratando de lograr con los 192 países. Nosotros pensamos que tenemos que volver al camino original, que es un camino que implica particación, inclusión y democracia. Esta es la respuesta con respecto al proceso.
Y en cuanto al contenido, nosotros tenemos también una gran preocupación por el contenido. Parece ser que se está hablando de solo un acuerdo, lo que no tiene en cuenta los dos caminos, los dos mandatos y los dos resultados que estamos discutiendo acá en Copenhague. Le quiero recordar a todos que el G77 y Bolivia, el Grupo Aficano y otros grupos han hecho un llamado bastante fuerte para que el Protocolo de Kioto sobreviva -esto es, que los países desarrollados deben llegar a un segundo período de acuerdo con cifras ambiciosas para la reducción de emisiones. Este es uno de los resultados que queremos lograr. El segundo resultado que queremos es, claro está, un incremento de la implementación de la convención a través de un proceso LC.
Lo que parece estar haciendo el texto danés es una combinación de los dos, lo que le impone nuevas obligaciones a los países en vías de desarrollo. Entonces ahora nosotros somos los que se supone debemos estar mitigando nuestras emisiones. Pero yo me pregunto, ¿qué es lo que debe mitigar un hombre o una mujer que vive en el campo en un país en vías de desarrollo, una mujer indígena en Bolivia, por ejemplo, que ni tiene electricidad? ¿Y para qué? ¿Para qué la gente en los países desarrollados pueda tener dos o tres automóviles? ¿O para que cambie de su ropa cuatro veces al año? ¿Qué es lo quieren? ¿Quieren que todos nosotros financiemos el daño que ellos están causando? ¿Por qué debo pagar yo por ellos? Pero además de eso, ¿por qué debemos escoger entre construir un colegio, un puente, un hospital o adaptarnos? Bueno, esto es lo que nosotros pensamos sobre este documento filtrado.
Y además, creemos que el nivel de reducción propuesto en el texto danés que se filtró es definitivamente insuficiente. No va a solucionar el problema. No va a resolver el cambio climático.
AMY GOODMAN: Evo Morales, su presidente, está haciendo un llamado para que haya una reducción del 49 por ciento de la emisiones de gases con efecto invernadero…
ANGELICA NAVARRO: Si, en realidad tenemos varias cifras. Nosotros estamos pidiendo una reducción del 49 por ciento, y me alegro de estar acá con Paraguay, porque estamos trabajando juntos para lograr la misma propuesta. Este 49 porciento tiene que ser para el 2017. Pero inclusive si esto se cumple, los países desarrollados no habrán reparado su deuda. Ellos tienen que pagar más. Nosotros sabemos que ellos no pueden lograr esos números, pero la cantidad de gases emitidos es tan grande que en realidad los países desarrollados deberían hacer cortes que lleguen a cifras negativas. ¿Cómo lograrán llegar a esos números? Eso es lo que tenemos que pensar. El 49 por ciento es sólo una fracción de lo que ellos están contaminando.
AMY GOODMAN: ¿Qué siginifica un recorte de emisiones de cifras negativas?
ANGELICA NAVARRO: Significa que tienen que reducir sus emisiones a cero, pero además de eso tienen que liberar el espacio atmosférico que han ocupado sin ningún derecho, para los países en vías de desarrollo puedan desarrollarse. Lo que ellos no puedan pagar en reducción de emisiones, pueden pagarlo con financiación y transferencia de tecnología. Podemos pensar en algo así. Y, desde luego, tenemos que ser muy realistas con los números. No se trata solamente de los recortes en las emisiones, sino que también queremos hablar sobre los grados. Estamos hablando de un aumento de menos del uno por ciento para Bolivia, porque dos por ciento es la realidad para el Norte. Un aumento del dos por ciento significa, en realidad, tres por ciento para África o para el Sur. Se tiene que agregar al menos un grado a lo que los países desarrollados están proponiendo. Hablemos sinceramente, la realidad del Sur se ha hecho visible y se tiene que ver en números.
ANJALI KAMAT: Hablando de números, quisiera hacerle unas preguntas a Miguel Lovera, el delegado de Paraguay. ¿Podría hablarnos sobre el mecanismo REDD, Reducción de las Emisiones por Deforestación y Degradación? Se ha hecho mucho énfasis en si se va a llegar a un acuerdo final sobre el REED en Copenhague, y se dijo que un acuerdo de esta naturaleza es la única manera de salvar las selvas tropicales del mundo. ¿Qué piensa usted sobre el REDD? ¿Cómo se financiaría el REDD? ¿Y de dónde vendría el recorte de emisiones?
MIGUEL LOVERA: Sí, muchas gracias por la pregunta.
Creo que el único punto en el que concordamos con el resto de la gente presente acá, es que el fin de la deforestación es la única manera de salvar la selva. Es así de simple. Pero luego, ¿cómo se lograría esto? Definitivamente no estamos de acuerdo con las propuestas existentes. Y, especialmente, no queremos someter a nuestra selvas a mecanismos que las van a convertir en meros reservorios de carbono.
ANJALI KAMAT: ¿Puede explicarnos qué significa eso?
MIGUEL LOVERA: Sí, claro. Lo que esto significa es que nuestras selvas son mucho más que eso, son una garantía de nuestra vida en el planeta y del ciclo de vida en el planeta, y del ciclo del carbono, por supuesto también. Son la más grande reserva de carbono del planeta. Pero también albergan a más del 90 por ciento de las especies que viven en la tierra, en el sistema terrestre. Y también son el hogar de muchos pueblos indígenas. Son una fuente de agua dulce. Piensen en el Amazonas y piensen en la deforestación. Las dos cosas no son posibles al mismo tiempo. Si hay deforestación, no hay Amazonas, no hay río Paraguay, no hay río Paraná. Esta es una realidad con la que tenemos que lidiar día a día. Y si las selvas se reducen simplemente a un fuente de carbono, bueno, se pierde toda esta otra perspectiva.
AMY GOODMAN: En ralación con esto, ¿qué está pasando en Paraguay?
MIGUEL LOVERA: ¿Disculpe?
AMY GOODMAN: ¿Cómo se ve afectado Paraguay?
MIGUEL LOVERA: Bueno, si-
AMY GOODMAN: ¿Cómo están ustedes experimentando el calentamiento global?
MIGUEL LOVERA: La principal manifestación del calentamiento global en Paraguay es la intercalación de sequías e inundaciones, básicamente, con uno o dos meses de diferencia. Así, tenemos diferentes áreas del país que padecen una tremenda y severa sequía en un momento, cuando un mes antes estaban completamente bajo el agua. Y si acabamos con la selva, todo ese sistema de drenajes, de almacenamiento de agua y de sistemas purificadores naturales que la selva proporciona, libre de costo, en nuestro suelo soberano, se acaban, ¿cierto? Entonces es a eso a lo que me refiero cuando digo que no son sólo reservorios de carbono.
Yo comencé diciendo que la necesidad de salvar las selvas es el único punto en el que concordamos con el resto del mundo, en especial con los países desarrollados, pero nosotors no queremos transformar nuestra selva en un bono comercial, porque fundamentalmente tienen un valor mucho más grande que el que está siendo considerado. Ningún valor monetario es capaz de englobar todo el valor que en realidad tienen.
Y si miramos, por ejemplo, hablando en términos de lo que Angélica estaba diciendo, que la deuda por adaptación que tenemos que pagar por la selva en nuestro país equivaldría a casi el 30, 35 por ciento de nuestro PIB… Estos son los números que estamos manejando… con los que nos vemos forzados a trabajar en este momento. Tenemos gente en la calle porque el gobierno no tiene la capacidad de proveer el dinero necesario para la adaptación de sus ciudadanos. Pero a las personas que viven en la calle no les queda otra que hacerlo. Entonces, alrededor de la propuesta de salvar el bosque, todos estamos de acuerdo, todos apoyamos eso. Ahora bien, el principio de transformar nuestra selva en “la selva del mundo”, de convertir nuestra selva en un mecanismo de compensación para seguir sosteniendo, como decía Angélica, la opulencia de otras partes del mundo, de esta minoría de la población, esto es definitivamente injustificable.
AMY GOODMAN: Sólo tenemos un par de segundos más y queremos preguntarte, Angélica, si crees que hay alguna posibilidad de que haya una retirada, si ves la posibilidad de que la COP15 fracase.
ANGELICA NAVARRO: Bueno, en realidad, yo no creo eso. Me refiero a que todos estamos trabajando muy duro porque sabemos que la apuesta es muy alta, y queremos resultados bastante ambiciosos. Entonces yo sería la primera en decepcionarme. Pero…
AMY GOODMAN: Tenemos que dejarlo ahí. Quiero agradecerte mucho, Angélica Navarro, por acompañarnos, así como también a Miguel Lovera. Ellos son los jefes de los equipos de negociación de Bolivia y Paraguay.
Bajo REDD la selva “entra en un mecanismo de negocio global de carbono”
Diciembre 17, 2009
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Marlon Santi, habla con Democracy Now! desde Copenhague sobre el acuerdo para la “Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación”, o REDD. El REDD es uno de los pocos acuerdos sobre los cuales existe consenso en Copenhague y consiste en una iniciativa para disminuir en un 20 por ciento los gases de efecto de invernadero que ingresan en la atmósfera y son causados por la deforestación en países en vías de desarrollo. Marlon habla sobre las dificultades que un tratado de este tipo le puede causar a la agricultura indígena, a sus conocimientos tradicionales y a su estilo de vida. Bajo este tipo de acuerdos, afirma Marlon, la selva “entra en un mecanismo de negocio global de carbono”. El comité indígena reunido en Copenhague espera que sus voces sean escuchadas por los jefes de Estado en el momento de negociar el acuerdo REDD, y Marlon indica que la resistencia será la única alternativa en caso de que los derechos de los indígenas sobre la selva no sean reconocidos.
Marlon Santi, presidente de Conaie (Siginificado de REDD para las tierras indígenas)
Marlon Santi, presidente de Conaie (Impactos del Calentamiento Global en Latinoamérica)
Marlon Santi, presidente de Conaie (Caucus Indígena)
Marlon Santi, presidente de Conaie (Saludo final)