En Honduras, las esperanzas de retorno inmediato del Presidente constitucional Manuel Zelaya se están desvaneciendo luego de una de las acciones represivas más violentas del gobierno desde el golpe del mes pasado. Varios manifestantes resultaron heridos y más de 150 fueron arrestados el jueves en cuatro concentraciones distintas. Hay un manifestante en estado crítico por haber recibido un disparo en la cabeza en una protesta en la capital, Tegucigalpa. El manifestante Juan Barahona reclamó que se incrementara el disenso interno tras el creciente aislamiento internacional del régimen golpista.
Juan Barahona afirmó: “Nosotros creemos que hace falta mucha más fuerza a nivel interno. Creemos que a nivel internacional tenemos ganada la batalla, pero necesitamos mucha más fuerza, muchas más medidas internamente para derrotar a estos golpistas”.
Entre los manifestantes heridos se encuentra el candidato presidencial independiente Carlos Reyes, quien resultó con una herida en la cabeza y un brazo facturado. Mientras tanto, el gobierno de facto reanudó su oposición al retorno de Zelaya un día después de haber dado señales de que suavizaría su postura. El jefe del gobierno golpista, Roberto Micheletti, había afirmado que respaldaría el plan de Costa Rica para el retorno de Zelaya, pero que antes necesitaba el apoyo de la élite empresarial hondureña. Mientras tanto, Zelaya se reunión con funcionarios estadounidenses en la capital nicaragüense, Managua, donde reclamó mayor presión sobre el régimen de facto.
El Presidente hondureño Manuel Zelaya dijo: “Hemos pedido, pues, que se recrudezcan en forma enérgica, más enérgica, más fuerte, con mayor decisión, las medidas que los países de América Latina, Estados Unidos y Europa puedan tomar para revertir el proceso y los efectos negativos de este golpe de Estado que está avergonzando y humillando a la propia humanidad”.