El régimen de facto de Honduras intensificó la represión contra los seguidores del Presidente derrocado Manuel Zelaya. El miércoles, la policía arrojó gases lacrimógeno contra una multitud de miles de personas que intentaban llegar a la Embajada de Brasil donde Zelaya se refugió. Mientras tanto, la policía confirmó la muerte de dos manifestantes en contra del golpe de Estado desde el retorno sorpresivo de Zelaya esta semana. Ambas víctimas presuntamente estaban participando en protestas en contra del golpe. La Embajada de Brasil sigue rodeada por fuerzas armadas hondureñas. En la Organización de las Naciones Unidas, varios líderes latinoamericanos que asistieron a la Asamblea General de la ONU pidieron que Zelaya regresara al poder de inmediato, entre ellos la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
La Presidenta chilena Michelle Bachelet dijo: “Y mi región, Latinoamérica, ha podido poco a poco ir consolidando esta misma visión, la que le ha permitido, por ejemplo, acudir rápidamente en apoyo de alguna democracia amenazada, como ocurrió en Bolivia hace un año, o condenar, enérgicamente, los retrocesos democráticos, como ha ocurrido en Honduras hace algunos meses. Por eso, hoy, con el Presidente Zelaya, que ha retornado pacíficamente a Honduras, quiero reiterar nuestro llamado para que se acepte de inmediato el acuerdo de San José impulsado por la Organización de Estados Americanos”.