El régimen golpista hondureño se vio obligado a revertir las severas medidas contra las libertades civiles en medio de crecientes protestas para exigir la restitución del Presidente derrocado Manuel Zelaya. El lunes, los líderes del golpe de Estado dijeron que dejarían sin efecto un decreto que prohíbe las reuniones públicas no autorizadas, lo que le permite al gobierno cerrar medios de comunicación y otorgarle a la policía autoridad para efectuar arrestos sin órdenes judiciales. Esta revocación surge luego de que los congresistas hondureños que apoyan el golpe de Estado expresaran su oposición. Horas antes de que se anunciara la revocación, la policía impidió una marcha de varios cientos de seguidores de Zelaya en la capital, Tegucigalpa. Las Fuerzas Armadas también clausuraron dos medios informativos que criticaron al régimen de facto. Carlos López, de Radio Globo, describió la redada militar.
Carlos López dijo: “Ya cuando llegué, pues, ya estaba totalmente militarizado. Llegaron los compañeros de Habla como habla, que ellos tienen un programa también acá, en esta radio, por la tarde, le decomisaron las cámaras, tomaron la llave del vehículo y bueno, uno de los compañeros salió corriendo del mismo temor y lo persiguieron”.
Zelaya ha permanecido en la Embajada de Brasil desde que audazmente regresó a Honduras la semana pasada. El mandatario despuesto pudo hablar ante la Asamblea General de la ONU el lunes a través del teléfono celular de su ministra de Asuntos Exteriores, Patricia Rodas.
El Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo: “Muchas gracias. Saludo a las Naciones Unidas. Los que tenían alguna duda de que aquí se está instalando una dictadura, ahora con todo lo que ha pasado en 93 días de represión, creo que están despejadas esas dudas. En Honduras se ha instalado además de un golpe de Estado, una dictadura fascista que ha suprimido las libertades de los hondureños y reprime violentamente al pueblo hondureño”.