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27 de Septiembre de 2011
En Libia, un comandante de la brigada de combatientes revolucionarios dice que sus fuerzas se comunican con las familias atrapadas en la ciudad natal del coronel Muammar Gaddafi, que permanece sitiada, para tratar de sacarlas de un modo seguro.
A más de un mes de haber tomado Trípoli y de haber puesto fin al gobierno de Gaddafi de manera efectiva, las fuerzas revolucionarias todavía se enfrentan a la feroz resistencia de los partidarios de Gaddafi en las ciudades de Sirte, Bani Walid y algunos focos en el desierto al sur del país. Mientras tanto, el Consejo Nacional de Transición ha retrasado el anuncio de un gabinete provisorio ampliado con hasta 36 miembros, que se supone es más representativo. A pesar de que la lucha continúa y siguen las dudas en torno al futuro político de Libia, en Trípoli, ciudad capital recientemente liberada, en gran medida el estado de ánimo es optimista. La corresponsal de Democracy Now! Anjali Kamat y Jacquie Soohen de Big Noise Films estuvieron en Trípoli la semana pasada y presentaron este informe.
NERMEEN SHAIKH: Ahora pasamos a Libia, donde el comandante de una brigada de combatientes revolucionarios afirma que sus fuerzas están en contacto con las familias atrapadas en la ciudad natal del coronel Muammar Gaddafi, que permanece sitiada, para tratar de sacarlas de un modo seguro. A más de un mes de haber tomado Trípoli y de haber puesto fin al gobierno de Gaddafi, las fuerzas revolucionarias aun se enfrentan a la feroz resistencia de los partidarios del coronel en las ciudades de Sirte, Bani Walid y algunos focos en el desierto al sur del país.
AMY GOODMAN: Mientras tanto, el Consejo Nacional de Transición ha retrasado el anuncio de un gabinete provisorio ampliado de hasta 36 miembros que se supone será más representativo. A pesar de que la lucha continúa y siguen las dudas en torno al futuro político de Libia, en Trípoli, ciudad capital recientemente liberada, el estado de ánimo es, en gran parte, optimista. La corresponsal de Democracy Now! Anjali Kamat y Jacquie Soohen estuvieron en Trípoli la semana pasada y presentaron este informe.
ANJALI KAMAT: En las calles recién liberadas de Trípoli, los festejos continúan. Los meses de violento combate para llegar a la capital parecen haber terminado de manera total y contundente. Pero después de 42 años bajo el estricto control de Gaddafi, ¿cómo se está adaptando la gente a su nueva libertad?
Fuimos al corazón de la batalla de Trípoli, el complejo de Muammar Gaddafi, Bab al-Azizia, un complejo que se extiende detrás de un laberinto de murallas y fortificaciones. En los alrededores todavía quedan restos de la encarnizada batalla que duró varios días -orificios de balas, ventanas rotas y cajas de municiones. Algunas personas seleccionan papeles esparcidos por el suelo, entre ellos documentos personales de la gente. En el centro del complejo, en la residencia principal de Gaddafi a la que él llamaba «La Casa de la Resistencia», encontramos a miles de personas de Trípoli y de toda Libia que vinieron con sus familias para presenciar en persona este momento histórico.
Estamos paradas dentro de Bab al-Azizia. Este era el complejo de Gaddafi. Se encuentra en el corazón de Trípoli. Este era el centro neurálgico de la Libia de Gaddafi. Y hoy está lleno de revolucionarios y turistas de toda Libia.
HOMBRE LIBIO 1: [traducido] Realmente estoy muy feliz. Después de 42 años, nunca pensé que íbamos a ser libres y responsables de nuestro propio destino.
HOMBRE LIBIO 2: [traducido] Esto era imposible, incluso en nuestros sueños. ¿Qué puedo decir? Gracias Dios. Esta libertad fue inimaginable durante 42 años. Trípoli estaba sitiada. No podíamos hablar. Aun así, salimos el 20 de febrero; teníamos mucho miedo de aparecer en una filmación. Pero agradezco a Dios. Era imposible acercarse a este edificio. Estaba muy vigilado y se pueden ver todas las murallas que tiene.
ANJALI KAMAT: Este era un complejo increíblemente fortificado; era imposible acercarse al lugar donde estamos paradas en este momento. Y hoy, este lugar está lleno de gente. Las paredes están completamente cubiertas de grafitis. Todo el mundo quiere dejar su marca. Creo que todos los que vienen aquí —los que han estado en este espacio, en este palacio, en este complejo— han escrito su nombre, su apellido, el nombre de su ciudad: revolucionarios de Zawiyah, revolucionarios de Misurata, revolucionarios de Suk al-Juma, que es un barrio de trabajadores ubicado en las afueras de Trípoli.
Aquí mismo, frente a los restos de municiones estadounidenses que quedaban de los ataques aéreos de Ronald Reagan de 1986, es donde Gaddafi construyó un enorme puño apretando un avión de combate estadounidense. Desde aquí Gaddafi dio hace ocho meses lo que ahora se considera un discurso infame, en el que dijo que buscaría —calle por calle, casa por casa— a las personas que se le opusieran. Hoy, los restos del monumento construido por Gaddafi para recordar el ataque aéreo estadounidense contra Libia están desperdigados por el suelo en la entrada de Bab al-Azizia y los grafitis de los victoriosos rebeldes cubren las paredes.
Un hombre que visita el complejo de Gaddafi por primera vez dijo que fue un error pensar que la gente de Libia simplemente había aceptado el régimen durante todos estos años.
JAMAL HANIF: Estamos muy orgullosos del pueblo libio. Muchas personas en el mundo entero preguntan, “¿por qué estuvieron 42 años callados?”. Ahora les digo que no estuvimos 42 años callados. Muchas veces lo intentamos. Muchas veces.
ANJALI KAMAT: Los pasillos de Bab al-Azizia están repletos de niños. Al igual que cientos de personas, Nafsiya, madre de tres hijos, trajo a sus hijos a recorrer el lugar.
NAFSIYA: [traducido] No puedo describir lo feliz que estoy. Agradezco a Dios por esta libertad y porque el tirano ya no está. Vivíamos atemorizados. No teníamos la libertad para hablar, ni la libertad para entrar a Bab al-Azizia. Esto es algo para recordar. Es la mayor victoria de los libios y de las generaciones futuras.
ANJALI KAMAT: Lo que una vez fue un poderoso símbolo de la autoridad inquebrantable de Muammar Gaddafi, hoy Bab al-Azizia es un monumento a su derrota. En una parte del edificio hay un letrero que dice «Aquí vivían las ratas» y está colgado al lado de un agujero en una pared que conduce a una red de túneles de varias millas de extensión. La gente hace turnos para bajar por unas oscuras escaleras y ver lo que quizás fue la ruta que Gaddafi tomó para huir de la ciudad.
En medio de una multitud de familias, en el complejo también se encontraban decenas de jóvenes armados, todos ellos ex combatientes que habían regresado de visita. Las familias los recibieron como héroes, los rodeaban y se tomaban fotografías con ellos. Hablamos con un joven combatiente, Mustafa, de 20 años de edad, que combatió en una unidad de la ciudad de Misurata. Nos mostró cómo su unidad tomó el complejo de Gaddafi hace solo unas semanas.
MUSTAFA: [traducido] Yo pertenezco a una brigada de Misurata.
ANJALI KAMAT: Mustafa explica que el complejo estaba lleno de francotiradores de Gaddafi.
MUSTAFA: [traducido] Ese día los francotiradores asesinaron a unas 200 personas. Fue una masacre. Ellos controlaban todas las posiciones aquí. Entramos por esa muralla Luego, cuando ya estábamos adentro, aseguramos el portón.
ANJALI KAMAT: Después de ocho horas de intenso combate, los francotiradores se replegaron al fondo del complejo.
MUSTAFA: [traducido] Nadie puede explicar lo que se siente. Estábamos tocando a la puerta de la casa del propio Gaddafi. Estábamos tan aterrados. Todos los libios saben esto. No se podía estacionar el auto ni caminar cerca de estas murallas. Y nosotros entramos a esta fortaleza, entramos a su casa y a los túneles que él construyó. Encontramos un lugar de almacenamiento de armas increíble. Es como si Gaddafi hubiera invertido toda nuestra riqueza en armas durante 40 años. ¿Qué te puedo decir? Dios es grande. Gracias a Dios. Es simplemente indescriptible.
ANJALI KAMAT: Cuando volvíamos al complejo principal, pasamos por las ruinas de uno de los edificios que fue destruido por los ataques aéreos de la OTAN a principios de este año. Esto nos recuerda las muchas preguntas que hay en torno a la influencia internacional en el futuro de Libia. Todavía hay batallas contra las fuerzas de Gaddafi en ciudades como Bani Walid, Sirte y Sabha y el propio Gaddafi todavía anda suelto. La batalla final para controlar Libia y su futuro todavía no está terminada. Aquí, sin embargo, la gente —parada en la propia casa de Gaddafi— se preocupa menos por su paradero y por primera vez piensa más en su propio futuro sin él.
HOMBRE LIBIO 3: [traducido] ¡Libertad! ¡Adiós, Gaddafi! ¡Esto es libertad! ¡Observa, Gaddafi! ¡Estoy sentado en tu casa!
ANJALI KAMAT: Para Democracy Now!, Anjali Kamat y Jacquie Soohen.
Traducido por Kelly Kremko. Editado por Gabriela Díaz Cortez