El vicepresidente de EE.UU. Joe Biden llegó a Irak en una visita no anunciada, con motivo del retiro de las tropas estadounidenses antes de fin de año. Los chiítas que apoyan al religioso iraquí Moqtada al-Sadr hicieron una manifestación anti-estadounidense en Basora para rechazar la visita de Biden. Mientras tanto, el periódico Financial Times informa que numerosos banqueros de inversiones están llegando a Irak para garantizar que la reconstrucción y los acuerdos petroleros sean potencialmente lucrativos, a pesar de que la seguridad sigue siendo un motivo de preocupación. Nos acompaña Raed Jarrar, bloguero y analista político estadounidense de origen iraquí que acaba de regresar de Irak hace dos semanas. “La visita de Biden es vista en Irak como el último intento del gobierno de EE.UU. por extender la presencia de las tropas estadounidenses más allá del plazo establecido, con el nombre de entrenadores militares”, afirma Jarrar. “La mayoría de los iraquíes está preocupada porque el Pentágono no desechó su plan de dejar 3.000 ó 4.000 soldados con el nombre de “instructores” y porque habrá una última confrontación en el parlamento iraquí en los próximos días”.