La corresponsal especial de Democracy Now! Anjali Kamat acaba de regresar de El Cairo, después de casi un año de informar desde allí sobre las revoluciones en Egipto y Libia. Anjali estuvo cubriendo desde el terreno la insurrección que derrocó a Hosni Mubarak y las subsiguientes represiones sobre los manifestantes que se oponían al gobierno militar. Kamat también hizo dos viajes a Libia para cubrir el levantamiento y finalmente el derrocamiento —con ayuda de las fuerzas de la OTAN— del régimen de Gaddafi. “Una de las cosas más notables que he visto en el último año en Egipto y Libia es la valentía de la gente”, dice Kamat. “Realmente me quedaba sorprendida ante la escena de la multitud corriendo hacia tanques armados, gente corriendo hacia vehículos que estaban abriendo fuego y que iba sin ningún temor.” Kamat también aborda un tema que ha generado divisiones entre muchos analistas progresistas críticos del militarismo occidental: el hecho de que la intervención de la OTAN en Libia, a pesar de las acusaciones de hipocresía y segundas intenciones, ha contado con un amplio apoyo entre la población libia que buscaba derrocar al odiado régimen de Gaddafi.