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La activista antinuclear japonesa Aileen Mioko Smith y el ingeniero nuclear Arnie Gundersen se preguntan si los funcionarios japoneses están tomando suficientes medidas para proteger a los civiles de la radiación, por ejemplo si se está haciendo un monitoreo apropiado y si se están ampliando las zonas de evacuación. Alrededor de 70.000 residentes se han visto obligados a evacuar sus hogares, y otras 140.000 personas han recibido órdenes de no salir a la calle. “No se puede proteger a la gente de la realidad”, afirma Smith. Y Gundersen dice: “Si estuviera en Japón, al menos alejaría a los niños de los reactores porque crecen más rápido y sus células son más susceptibles al daño radiactivo. Ampliaría la zona a 50 kilómetros y como mínimo sacaría a los niños de los reactores”.