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Un día antes de que el terremoto y el tsunami golpearan Japón y desataran una crisis nuclear, la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos anunció que renovará la licencia de la central nuclear Vermont Yankee. Los legisladores del estado de Vermont habían votado a favor del cierre de la central cuando la licencia venciera, en 2012. La planta, de 38 años de antigüedad, ha experimentado una serie de filtraciones de tritio radiactivo y es casi idéntica a la central japonesa de Fukushima Daiichi que está teniendo problemas. “Mi corazón está obviamente con el pueblo japonés”, explica el gobernador Peter Shumlin. “Resulta una crisis increíble y la peor pesadilla cuando las centrales nucleares de un país o un estado son antiguas. Vermont no es diferente. Tenemos una central nuclear antigua aquí. Es propiedad de Entergy Louisiana, una empresa que ya hemos comprobado no es digna de nuestra confianza. Y por supuesto, esta situación exige que todos reevaluemos nuestra política de exuberancia irracional cuando se trata de alargar la vida útil de centrales nucleares antiguas”.