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A pesar de la serie de medidas extraordinarias que se tomaron en la Ciudad de Nueva York, como interrupción total del sistema de transporte público y evacuaciones en masa a una escala sin precedentes, las autoridades no tomaron ninguna medida para evacuar a cerca de 12.000 presos alojados en una cárcel municipal en la isla Rikers. Según el sitio web del Departamento Correccional de la Ciudad de Nueva York, más de las tres cuartas partes de los 400 acres de la isla Rikers están construidas sobre un vertedero de residuos, situación que por lo general se cree es más vulnerable a los desastres naturales. El alcalde Michael Bloomberg dijo que los prisioneros que están allí, no corrían ningún peligro, pero los organismos de derechos humanos condenaron la decisión del gobierno de la ciudad. Hoy también se cumple el sexto aniversario de otra gran tormenta durante la cual se tomó la decisión de no evacuar a los prisioneros. El 29 de agosto de 2005, cuando el huracán Katrina provocó la inundación de Nueva Orleans, los presos en las cárceles de la ciudad y de distrito tuvieron que arreglárselas solos. Hablamos con James Ridgeway, periodista de la revista Mother Jones, fundador y co editor de SolitaryWatch, un sitio web que investiga el aislamiento y la tortura en las cárceles estadounidenses.