El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, hizo una aparición en público poco habitual el jueves, seis meses después de solicitar refugio en la embajada de Ecuador en Londres en un intento de eludir la extradición a Suecia (que en su opinión, en última instancia lo conduciría a Estados Unidos). Desde el balcón de la embajada, Assange condenó lo que calificó como una investigación “inmoral” en su contra por parte de Estados Unidos y dijo que WikiLeaks está preparando la divulgación de más de un millón de documentos que afectarán “a cada uno de los países del mundo”.
Julian Assange dijo: “De la revelación de la verdad sigue todo lo demás. Nuestros edificios solo pueden ser tan altos como fuertes sean sus ladrillos. Y nuestra civilización solo es tan fuerte como verdaderas son sus ideas. No me van a intimidar por mi trabajo. Pero mientras continúe esta investigación inmoral, y mientras el gobierno australiano no defienda el periodismo y publicaciones de WikiLeaks, debo seguir aquí. No obstante, la puerta está abierta, y siempre lo ha estado, para quienes deseen hablar conmigo. Al igual que ustedes, no se me ha acusado de ningún delito”.