El Departamento de Justicia y el FBI anunciaron que harán una investigación penal del asesinato de Trayvon Martin —el joven de 17 años que iba desarmado— y de la posterior investigación policial que le permitió al asesino quedar en libertad. El 26 de febrero Trayvon Martin, un estudiante afroestadounidense de la escuela secundaria Michael Krop Senior High School, estaba visitando a su padre en un barrio cerrado de la ciudad de Sanford, Florida, y fue a una tienda cercana a comprar dulces y té helado. Cuando Martin regresaba, George Zimmerman, el hombre que había estado patrullando la zona, lo vio y luego le disparó. Zimmerman declaró ante la policía que Martin lo atacó desde atrás. Sin embargo, en la grabación de la propia llamada de Zimmerman al 911 de la policía, Zimmerman le dice al operador que era él quien estaba siguiendo a Martin. El periódico Miami Herald informa que Zimmerman había asumido la responsabilidad de patrullar el barrio y había llamado a la policía 46 veces desde enero de 2011 para denunciar actividades sospechosas u otros incidentes. Emitimos pasajes de las llamadas al 911 y hablamos con Jasmine Rand, abogada que dirige la división de derechos civiles en el estudio de abogados Park & Crump que representa a la familia de Trayvon Martin. “Creo que tenemos todas las pruebas del mundo para detenerlo. Y creo que el procurador del estado está tratando de ocuparse del caso y de la investigación, pero esa no es tarea del procurador del estado”, dice Rand.
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