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Hoy es el día que los activistas han llamado Día 1-T: el día en que la deuda total de los estudiantes estadounidenses llega a 1 billón de dólares. Una coalición de grupos involucrados en el movimiento Occupy Wall Street planea reunirse en campus y comunidades universitarias de todo el país para protestar por los altísimos costos de la universidad y demandar una prórroga de la rebaja de las tasas de interés de los préstamos Stafford, que son subsidiados por el gobierno federal. En un intento por atraer el voto de la juventud, el presidente Obama habló a favor de los estudiantes en un discurso en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill el martes. “La mayor parte del billón de dólares de la deuda de los estudiantes está en manos de los bancos de Wall Street”, dice Pamela Brown, una estudiante de Doctorado que ayudó a lanzar el llamado “Debtors’ Pledge of Refusal”, un compromiso de negación de pago por parte de los estudiantes deudores propuesto por la Campaña contra la Deuda Estudiantil del movimiento Occupy. “Esos bancos de hecho titulizan estos préstamos, los venden y obtienen enormes ganancias de ello”, afirma Brown. También hablamos con David Harvey, profesor y escritor, cuyo libro más reciente es “Rebel Cities: From the Right to the City to the Urban Revolution.” (Las ciudades rebeldes. Desde el derecho a la ciudad a la revolución urbana). “Ha habido un enorme esfuerzo de parte de las corporaciones y la gente rica, y otros sectores así, para que los costos de la educación recaigan sobre las personas que reciben la educación”, dice Harvey. “Ellos no quieren pagar por la formación de su propia fuerza de trabajo. Quieren que su fuerza de trabajo se forme a sí misma, para que luego ellos puedan ir y usarla.”