En Egipto, la fiscalía general ha acusado formalmente al derrocado presidente Mohamed Morsi por conspirar con grupos extranjeros para cometer actos terroristas y desestabilizar el país. Esta acusación puede conllevar a la pena de muerte. Morsi fue imputado junto con otras 35 personas, entre ellas los tres principales líderes de la Hermandad Musulmana. Esto significa una intensificación de las acciones de represión del movimiento que llevó a Morsi a la victoria en las elecciones presidenciales del año pasado, y que luego sufrió un duro golpe cuando Morsi fue derrocado por el ejército, en julio, tras protestas sociales masivas. Se comunica con nosotros desde El Cairo Sharif Abdel Kouddous, periodista independiente, corresponsal de Democracy Now! y becario de The Nation Institute. Su último artículo se titula “Repression Deepens in Egypt: At first it was the Muslim Brotherhood. Now dozens of journalists, non-Islamist activists and students have been detained and beaten” (Se profundiza la represión en Egipto: primero fue la Hermandad Musulmana; ahora, decenas de periodistas, activistas no islamistas y estudiantes fueron detenidos y golpeados).