“En EE.UU. existe un enorme aparato de vigilancia que se está construyendo gradualmente y ya tiene capacidades extremadamente invasivas, para controlar y almacenar las comunicaciones y otras formas de comportamiento no solo de decenas de millones de estadounidenses, sino de cientos de millones, probablemente miles de millones de personas de todo el mundo”, afirma Greenwald. “Una cosa es decir que queremos que el gobierno estadounidense tenga esta capacidad. Otra cosa es permitir que esto se arme sin conocimiento de los ciudadanos, sin debate público y sin una responsabilidad real. Lo que finalmente impulsó a [Snowden] a dar un paso adelante, y lo que finalmente está impulsando nuestro informe, es la necesidad de destacar el significado de este mundo [de la vigilancia] de consecuencias importantes y el impacto que tiene tanto en nuestro país como en el mundo”.