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El periódico The Wall Street Journal acaba de dar a conocer nuevos detalles sobre el modo en que el príncipe Bandar bin Sultan al-Saud, ex embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos, lidera un intento de ayudar a los rebeldes sirios. Agentes de inteligencia de Arabia Saudita, Estados Unidos, Jordania y otros países aliados están trabajando en un centro secreto de operaciones conjuntas en Jordania para entrenar y dotar de armamento a rebeldes sirios elegidos a mano. Este periódico también informa que el príncipe Bandar ha estado viajando desde centros comandos encubiertos cercanos a la primera línea siria al Palacio del Elíseo en París y al Kremlin en Moscú, para tratar de minar el régimen de Assad. “En realidad lo que está haciendo es repetir el papel que tuvo en la década de 1980 cuando trabajó con el gobierno de Reagan para mandar dinero y armamento a los mujaidines en Afganistán y también con la CIA en Nicaragua para apoyar a los contras”, afirma el periodista Adam Entous del Wall Street Journal. “Por lo tanto este es un papel muy conocido para el príncipe Bandar y es sorprendente ver el entusiasmo de los veteranos de la CIA ante su regreso, porque —en palabras de un diplomático que conoce al príncipe Bandar— éste trae el término árabe “wasta” que significa influencia secreta. Sabe que sus cheques no rebotan y que podrá entregar el dinero de los sauditas”.