El Ministro del Interior de Ucrania dice que 30 insurgentes pro-rusos y cuatro soldados han muerto en la ciudad oriental de Sloviansk, mientras continúa una incursión ucraniana que busca retomar el control. Ucrania también ha enviado una unidad élite de la Guardia Nacional a la ciudad portuaria sureña de Odessa, donde 46 personas murieron el pasado viernes en enfrentamientos entre las fuerzas nacionalistas y pro-rusas. El lunes, el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, condenó la violencia.
Carney expresó: “Los acontecimientos en Odessa subrayan dramáticamente la necesidad de una inmediata disminución de las tensiones en Ucrania. La violencia y los esfuerzos para desestabilizar el país deben terminar. Nuevamente solicitamos la implementación inmediata de los compromisos adquiridos en Ginebra el 17 de abril”.