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Al menos dieciséis personas murieron y más de doscientas resultaron heridas el jueves cuando una escuela que se usaba como refugio de la ONU fue bombardeada en Gaza. Según se informa, familias palestinas desplazadas por el ataque se habían juntado para trasladarse a un área más segura cuando la escuela fue atacada. Funcionarios palestinos atribuyeron el ataque a disparos realizados desde un tanque israelí, mientras que Israel sugiere que se trató de cohetes disparados por los militantes [palestinos]. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) se negó a culpar directamente a Israel, pero sostiene que muchas veces le dio las coordenadas de la escuela al ejército israelí: “Dentro de Gaza ningún lugar es seguro”, afirma Christopher Gunness, vocero de la UNRWA. “Si las partes de este conflicto se han mostrado lo suficientemente crueles como para ser capaces de disparar contra un predio claramente demarcado y designado con el nombre de la ONU, donde cientos de personas han acudido como si fuera un santuario, ya no podemos garantizar la seguridad de nuestras instalaciones”. Gunness sostiene que el número de personas que ahora buscan refugio en medio de la violencia ha ascendido a ciento cincuenta mil.