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Los miembros del jurado empezarán a deliberar esta semana en el juicio a cuatro ex agentes de Blackwater por asesinato y homicidio, en la masacre de la plaza Nisoor de Bagdad en el año 2007. Se los acusa de la muerte de catorce de diecisiete civiles iraquíes que murieron cuando la unidad de Blackwater abrió fuego. El juicio contó con el testimonio de testigos que sobrevivieron al ataque y vieron cómo mataban a sus seres queridos. En los alegatos de las semana pasada, los fiscales dijeron que los guardias de Blackwater habían disparado contra los civiles que huían y se jactaban de haberlos asesinados, o cualquier contratista de guerra privado, y muchos iraquíes. La masacre de la plaza Nisoor es el hecho trágico más destacado en el que está involucrada Blackwater, o cualquier contratista de guerra, y muchos iraquíes están a la espera del veredicto para ver cuán seriamente Estados Unidos responsabiliza a sus empresas de seguridad privada por los crímenes que se le atribuyen. El primer testigo en el juicio a Blackwater fue Mohammed Kinani, quien rompió en llanto al describir cómo su hijo de nueve años de edad, Ali, recibió un disparo en la cabeza cuando iba en el asiento trasero del auto familiar. Según se informa, Kinani sollozaba tan desconsoladamente mientras declaraba que el juez Royce Lamberth pidió un cuarto intermedio. Emitimos un documental que cuenta la historia de Mohammad y Ali, “Blackwater’s Youngest Victim” (La víctima más joven de Blackwater), realizada por los reconocidos cineastas Jeremy Scahill y Richard Rowley.
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