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Los aviones de guerra británicos empezaron a bombardear objetivos en Siria solo horas después de que los legisladores de Gran Bretaña aprobaran por 397 votos a favor y 23 en contra el apoyo al plan del primer ministro David Cameron de realizar ataques aéreos. Los aviones de guerra despegaron de la base ubicada en Chipre y bombardearon áreas petroleras bajo control del auto proclamado Estado Islámico, al este de Siria. La decisión de bombardear Siria dividió al opositor Partido Laborista de Gran Bretaña. El líder laborista Jeremy Corbyn se opuso al bombardeo, pero fue criticado desde dentro de su propio partido por el vocero de asuntos extranjeros, Hilary Benn. El miércoles los legisladores mantuvieron un debate de diez horas. Emitimos un fragmento extenso de las intervenciones de Corbyn y Benn junto al primer ministro David Cameron.