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El presidente Obama dio a conocer una propuesta presupuestaria de cuatro billones de dólares para el Congreso del año próximo, en la que se pide el aumento de los impuestos a sectores ricos y grandes empresas para financiar la educación y arreglar infraestructura en decadencia. El plan contempla recortes impositivos para algunas familias pobres y de clase media. También busca recuperar las pérdidas ocasionadas por grandes empresas que ocultan un monto estimado de dos billones de dólares en el extranjero, mediante el cobro de un 14% de impuestos sobre dichas ganancias, porcentaje que representa menos de la mitad de la tasa del 35% para las ganancias obtenidas en Estados Unidos. El presupuesto propuesto por Obama también apunta al alto costo de los remedios de venta con receta médica, propone una nueva agencia que regule la seguridad alimentaria y pide mil millones de dólares para frenar la inmigración proveniente de América Central. También pide un aumento del 4,5% del gasto militar, incluido un presupuesto base de $534 mil millones de dólares para el Pentágono, más $51 mil millones para financiar la participación estadounidense en Siria, Irak y Afganistán. En su discurso ante el Departamento de Seguridad Nacional, Obama dijo que los recortes generalizados conocidos como retención dañarían las fuerzas armadas. Hablamos con el economista Dean Baker, codirector de la organización Center for Economic and Policy Research y autor del libro “Getting Back to Full Employment: A Better Bargain for Working People” (La vuelta al pleno empleo: un mejor negocio para los sectores trabajadores).
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