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Hace 84 días que empezó un escape de gas natural descontrolado al norte de Los Ángeles, que ya emitió más de 150 millones de libras de metano. El escape es considerado el mayor desastre ambiental del país después del derrame de petróleo de la empresa British Petroleum. Casi tres mil familias de la zona de Porter Ranch fueron trasladados a viviendas temporarias. La semana pasada el gobernador de California Jerry Brown declaró el estado de emergencia en el área. El metano es un poderoso gas que provoca el efecto invernadero y acelera el cambio climático 86 veces más que el dióxido de carbono. En su punto máximo, el escape provocó una contaminación equivalente a la de 4,5 millones de autos diarios. Además del impacto a las localidades vecinas, el escape de Porter Ranch planteó la preocupación por incidentes similares en todo el estado y en otras partes de Estado unidos. Hay catorce yacimientos de gas natural similares en California y más de 400 en todo Estados Unidos. Los analistas afirman que dichos sitios están llenos de problemas de infraestructura y carecen de regulación adecuada. Nos acompañan dos invitados: Tim O’Connor, director del Programa de Gas y Petróleo del Fondo para la Defensa del Medio Ambiente y David Balen, presidente de la Asociación de Propietarios de Renaissance, ubicada justo frente al yacimiento gasífero.