El sábado, en Yemen, al menos 60 personas murieron y decenas más resultaron heridas cuando aviones de la coalición dirigida por Arabia Saudí bombardearon un complejo de seguridad cerca del Mar Rojo. Muchos de los muertos eran prisioneros o guardias de una cárcel administrada por rebeldes hutíes. Algunos testigos dijeron que un ataque aéreo cayó directamente sobre el edificio.
Mohammed Hayel declaró: “Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional, a las organizaciones internacionales, para que detengan la guerra contra Yemen. Esta guerra no está justificada. Tenemos dificultades para encontrar comida y hemos sido desplazados de nuestros hogares. Algunos hogares fueron demolidos sobre las cabezas de los ciudadanos”.
Estados Unidos brindó inteligencia, aviones cisterna y armamento avanzado a Arabia Saudí, pese a que aviones de este país han bombardeado escuelas, mercados, hogares y hospitales de Yemen, matando a cientos de civiles. La ONU afirma que el bloqueo impuesto por los saudíes ha dejado al menos 14 millones de yemeníes con escasez de alimentos. La Organización Mundial de la Salud advierte que hay un creciente brote de cólera en Yemen que ha matado al menos a 40 niños y enfermado a más de 1.400 personas.
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