El jueves por la mañana en Afganistán, unos 30 civiles murieron cerca de la ciudad Kunduz como consecuencia de los ataques aéreos de la coalición dirigida por la OTAN. Estados Unidos había sugerido hacer este tipo de ataques para apoyar a los soldados estadounidenses de operaciones especiales y a las tropas afganas que se encuentran en combate contra los talibanes en esa ciudad y sus alrededores. El jueves en la tarde, un grupo de afganos marchó hasta la oficina del gobernador local cargando los cadáveres de sus familiares, entre ellos mujeres y niños. Este es uno de los familiares de las víctimas.
Mohammad Bari expresó: “En una familia murieron siete personas. Mi cuñado y toda su familia fueron asesinados en este ataque; miren sus cuerpos aquí. Todos son miembros de la misma familia”.
Estos hechos tienen lugar después de que dos soldados estadounidenses murieran en Kunduz a principios de esta semana.